Este fin de semana he aprovechado para ver
los episodios finales de la tercera temporada de ‘El Ministerio del Tiempo’.
Suárez no estaba en la terna de candidatos a presidente del gobierno en el 76,
el turismo hortera que acaba con la civilización… Mi gratitud y admiración a
los creadores de tan fabulosa serie española, especialmente a los productores
(Onza, mi buen amigo José Mari Irisarri).
He estado leyendo el número de noviembre de
Emprendedores. En portada, ‘Técnicas para captar nuevos clientes’. La
publicación que dirige Alejandro Vesga incluye ‘Un mapa de los nuevos
emprendedores y sus proyectos’. Los emprendedores tecnológicos españoles suelen
ser hombres (sólo un 18% mujeres), jóvenes (40% entre 25-34 años, 37% entre
35-44), vocacionales (60%), con estudios universitarios (97%), innovadores
(80%), recurrentes (48%), con fase inicial de proyecto (73%), de 1-3 años de
vida (55%), con 1-10 empleados (69%) y creciendo en empleo (87%), 2-3 socios
(61%, sólo el 20% en solitario), productos B2C (88%), facturando 50.000-500.000
€ (36%) y ebidta positivo (14%). Financian su proyecto con recursos propios
(57%), amigos/familiares (24%) y fondos
privados (15%). El 43% ha pedido 100.000-500.000 €, un 16% entre 50.000-100.000
€, un 15% 0’5-1 M €, un 13% menos de 50.000 €, un 9% entre 1-3 M € y un 4% más
de 3 M €. Su modelo de negocio es suscripción (21%), e-commerce (15%) y
freemium (10%).
La revista incluye entrevistas de Isabel
García Méndez a Carlos Rodríguez, CEO de Raza Nostra (320 empleados, 20 M € de
facturación, 15 restaurantes), de Julia Coronas a los fundadores de Madpixel
(100 museos) y a Félix Revuelta (Naturhouse). Reglas de oro del “naming”
(teniendo en cuenta el público milenial, origen universitario, tamaño del
mercado, producto, futuro, buscadores y originalidad). Pilar Alcázar establece
los pasos en los seis primeros meses:
1. Todo empieza creando un equipo.
2. Hay que probar si la idea tiene aceptación
en el mercado.
3. Agiliza el lanzamiento con un PMV
(Producto Mínimo Viable).
4. Aprende a gestionar los imprevistos.
5. Es el momento de centrarse en los
clientes, no en el producto.
6. Seguramente tus previsiones de ventas no
se cumplan…
7. Y puede que también te quedes sin stock.
8. No olvides planificar los hitos que
quieres alcanzar.
9. Conseguir resultados con los mínimos
recursos.
10. ¿Vas a necesitar apoyo financiero?
11. Puede que ni el plan de empresa te ayude
en la financiación bancaria.
Respecto al Dossier sobre “Estrategias para
captar a nuevos clientes”, el objetivo debe ser la recurrencia y la
fidelización (captación eficiente: clientes que recomienden). “Muchas veces no
hay demanda, o parece que no hay, porque nadie se ha preocupado de generarla”.
Aplicar criterios de segmentación de cliente y de producto para impactar en tu
público objetivo, viralización, afiliación y retargeting.
1. Siempre subestimamos la cantidad de
estúpidos que hay en el mundo.
2. La estupidez es una cualidad independiente
de cualquier otra, no está asociada ni al dinero que se tenga o a la clase
social o a la educación recibida, los estúpidos lo son de manera absoluta y
democrática y siempre habrá en la Tierra un determinado porcentaje de imbéciles
(que siempre tenderemos a subestimar).
3. Un estúpido es alguien que causa daño a
los demás sin obtener con ello ningún beneficio e incluso perjudicándose a sí
mismo. “Y tengo la impresión de que esta ley está de rabiosa actualidad en
España”, escribe Rosa.
4. Por desgracia también subestimamos la
inmensa capacidad de los estúpidos para hacer daño (sobre todo, añade Rosa,
cuando a la estupidez se le suma redundantemente el fanatismo).
5. El estúpido es, pues, el individuo más
peligroso del mundo. De hecho, los estúpidos son mucho más peligrosos que los
malvados.
La Montero añade, certeramente, ‘El cerebro
idiota’ del neurocientífico británico Dean Burnett, en el que habla del
“síndrome del impostor” (personas inteligentes y exitosas, la mayoría mujeres,
que se infravaloran con excesiva frecuencia) y el efecto Dunning-Kruger (por el
nombre de dos profesores de Cornell, que lo demostraron en 1999): los más
tontos suelen dejar de reconocer sus carencias. La autora del artículo nos
recuerda (a partir de los análisis de Penrod y Custer sobre la credibilidad de
los testigos, en los años 90) que los seres humanos (con mayor talento o con
menores cantidades del mismo) solemos fiarnos más de quienes se explican de manera
más firme y segura, aunque sus argumentos sean más endebles. Rosa Montero
concluye: “Se diría, en fin, que nuestro cerebro idiota nos inclina a acatar
las opiniones de los estúpidos, con lo cual el futuro de la especie estaría en
grave peligro. A decir verdad, no sé ni cómo hemos llegado hasta aquí”.
Si combinamos el mapa de los emprendedores
con las claves de los estúpidos (Cipolla), entenderemos que el 90% de los
proyectos de emprendimiento hayan fracasado al tercer año.
Como si fuera “el Ministerio del Tiempo” se
trata de entrar en la puerta tres años antes, en los inicios, y aplicar los
cinco principios de Jim Collins sobre la decadencia: la soberbia que acompaña
el éxito (“from good to great to gone”), la búsqueda indisciplinada del
crecimiento, la negación del peligro y el riesgo, la salvación mesiánica y la
capitulación hasta la irrelevancia o la defunción.
Etiquetas: Emprendedores, Estupidez, Rosa Montero, Talento