AVE a las 5'50 a Barcelona, trabajo (9 horas) con el primer nivel de dirección de una multinacional industrial sobre Liderazgo (en su componente comunicativo) y vuelta en Madrid a las 20 h. Una excelente forma de empezar la semana. Gracias, Rafa, por el tándem de hoy.
Anoche
fuimos a ver ‘La La Land. La ciudad de las estrellas’, que ha ganado siete
Globos de Oro y es la más firme candidata a los Óscars de este año. Una
película magnífica que me ha recordado a los cuadros de El Bosco: una
innovadora factura visual (audio-visual, porque se atreve a ser una comedia
musical, con preciosas canciones) que cuenta las verdades eternas de un drama
romántico.
Es la
historia de Mia (Emma Stone), una de las miles de aspirantes a actrices en Hollywood,
que entre casting y casting trabaja en la cafetería de un estudio, y Sebastian
(Ryan Gosling), una talentoso pianista de jazz que se mantiene a base de bolos
de segunda mientras espera a montar su propio local, cuyas existencias se
entretejen hasta que descubren el amor, que se pone en jaque ante las
aspiraciones de ambos. ¿Cuál es el precio de cumplir tus sueños?
Para
quienes nos gusta el cine se trata de una película imprescindible. Me ha hecho
pensar sobre la empleabilidad (en
esta vida, o haces castings o haces historia), el talento (que se desarrolla a medida que fluímos hacia nuestros
retos), los sueños (se trata de no
resignarse), el tándem (los sueños no
suelen alcanzarse sin un tándem de alto rendimiento), las emociones (“People love what other people are passionate about”),
la resiliencia (“Dejo que la vida me
golpee hasta que se canse. Y después ataco yo. Es el clásico “rope-a-dope” a lo Casius Clay), la
optimización de la vida (lo
profesional puede arrastrar a lo personal), la valentía (el término medio entre la cobardía y la temeridad), el riesgo (“jazz is about the future”) y por
supuesto, el valor del amor, el amor
eterno (“I’m always gonna love you”, “I’m always gonna love you, too”).
Pareja
de actores en estado de gracia, números musicales que nos recuerdan lo mejor de
Broadway, un delicioso homenaje al jazz, un guión eficazmente elaborado… lo
tiene todo para ser la peli del año. En su banda sonora, la letra de ‘City of Stars’ (www.youtube.com/watch?v=GTWqwSNQCcg)
dice:
City of stars
Are you shining just for me?
City of stars
There's so much that I can't see
Who knows?
I felt it from the first embrace
I shared with you
That now our dreams
They've finally come true
City of stars
Just one thing everybody wants
There in the bars
And through the smokescreen of the crowded
restaurants
It's love
Yes, all we're looking for is love from someone else
A rush
A glance
A touch
A dance
A look in somebody's eyes
To light up the skies
To open the world and send it reeling
A voice that says, I'll be here
And you'll be alright
I don't care if I know
Just where I will go
'Cause all that I need is this crazy feeling
A rat-tat-tat on my heart
Think I want it to stay
City of stars
Are you shining just for me?
City of stars
You never shined so brightly
De la
prensa de ayer, José Antonio Marina nos presentaba su ZOOM sobre el Talento con
un trío de ases (premios Nobel de Economía): Michael Spence, que ha declarado
que España se enfrenta al reto de “retener talento” (ya sabes que algunos
preferimos decir “fidelizarlo”, porque retener es secuestrar); Joseph Stigliz,
que en su libro ‘Creating the learning Society’ explica que el talento es la
nueva “riqueza de las naciones”; y James Heckman, que ha demostrado que la
inversión en educación es la más rentable. JAM nos propone destinar al menos un
5% a educación y que la formación laboral (con “dinero dedicado con poco rigor
y mucho fraude”) la gestione el Ministerio de Educación. Secundo la
propuesta.
Rosa
Montero abordaba el espinoso tema de la muerte. “Somos lo que hacemos contra la
muerte”. Estamos marcados por la finitud. Debemos llegar a un acuerdo con la
Parca, con la “ladrona de dulzuras” (‘Las mil y una noches’). Rosa nos invita a
leer ‘Ayudar a morir’ de la Dra. Iona Heath y ver ‘Epílogo’ de Begoña
Aranguren. En esto siempre recuerdo a mi amigo el gran Juan Luis Galiardo: “uno
nunca muere mientras le recuerden”.
John
Carlin, en su ‘Córner inglés’ trataba del cuento chino de Diego Costa y su
(todavía) coach, Antonio Conde. El jugador hispano-brasileño se debate entre
quedarse en la Premier o jugar, por mucho más dinero, en el fútbol chino (el
Tianjin le ofrece 34 M € anuales). Hacer historia o hacer caja.
Gerver
Torres (Gallup) analizaba ‘El juego del riesgo’. Enfrentarse a lo incierto nos
abre un juego de posibilidades quizá mejores de lo que pensábamos encontrar.
Eleanor Roosevelt proponía que cada día tomáramos una decisión que nos provoque
miedo (gran consejo, porque jugar a lo seguro es un vicio pernicioso). Según un
sondeo de Gallup, el 61% de los españoles “está dispuesto a asumir cualquier
riesgo para lograr lo que quiere”. Ojalá lo que decimos coincida con lo que
hacemos realmente. “Algunas veces el tren equivocado te lleva a la estación correcta”,
dice Gerver. Citando a Mark Zuckerberg, no asumir ningún riesgo es lo más
peligroso.
Moisés
Naím trataba “la normalización de la mentira”. Nos tomamos las situaciones
excepcionales como “normales”. “Todos los políticos suelen exagerar,
distirsionar y, en algunos casos extremos, son propensos a mentir con
desfachatez. Pero aceptar la mendacidad como un elemento más del estilo
personal y constante de un líder político no era normal. Ahora lo es”.
Y el
mencionado Nobel Joseph Stigliz, profesor de Columbia, escribía sobre la “incertidumbre
trumpiana”: “Hacer un pronóstico sería temerario, pero es obvio que las aguas serán
turbulentas y que muchos eruditos naufragarán”. “La agenda de Trump está más
orientada a favorecer a los ricos que la propia receta estándar del Partido
Republicano”. La esperanza de vida está en retroceso en el Cinturón de Óxido
(el “Rust Belt”, la zona del Medio Oeste en el que se concentra la industria
pesada), según un estudio del también premio Nobel Angus Deaton.
Mi
gratitud a Damien Chazelle (guionista y director de ‘La La Land’), un genio que el 19 de enero cumple 32 años, y su equipo
de la película, y este sexteto de monstruos del pensmiento: Marina, Montero,
Carlin, Gerver, Naím, Stigliz. Media docena de pensadores de alto nivel. Es