Desde Dinamarca, la cuarta revolución industrial


Martes 2 de agosto. Hace un mes, la fiesta de la Independencia en la embajada americana y mi cumpleaños. Dentro de un mes, la boda de nuestra compañera Belén y el inicio de mi cuarta temporada en ManpowerGroup. En este mes oficial de vacaciones necesito mayor paz de espíritu y por eso, entre otras actividades, Zoe y yo nos vamos a Escandinavia, a recorrer las capitales nórdicas hasta el Círculo Polar Ártico. Ice Age para el Human Age.
La banda sonora de hoy son dos preciosos temas de Pancho Céspedes, ‘Vida loca’: www.youtube.com/watch?v=ik5vxalqK6Q y ‘¿Dónde está la vida?’ www.youtube.com/watch?v=4EpQJ3xBSjs
Esta tarde hemos tomado el avión a Copenhague. Entre las lecturas de este viaje (físicas y virtuales), ‘La cuarta revolución industrial’ de Klaus Schwab, presidente del Foro Económico Mundial de Davos.
¿Qué tiene esta “revolución” de diferente? La velocidad, la amplitud y profundidad, los cambios en los sistemas.
La primera revolución industrial fue de 1760 a 1840: la de los ferrocarriles y la producción mecánica. La segunda, de finales del XIX a principios del siglo XX: la producción en masa, la electricidad, la cadena de montaje. La tercera comenzó en 1960, con los ordenadores e internet. Y entramos en mos la cuarta. Los primeros que lo emplearon “Industria 4.0” fueron los alemanes en la Feria de Hannover en 2011. La segunda revolución industrial la experimentaron el 17% del planeta (todavía 1.300 M de personas no tienen acceso a electricidad). La tercera, más de la mitad de la población mundial, 4.000 M personas, no tiene acceso a internet. El primer iphone data de 2007 y a finales de 2015 hay más de 2.000 M de smartphones.
Los mayores retos en la cuarta revolución industrial provienen del lado de la oferta: el mundo del empleo y la producción. Los beneficiados son los innovadores, los inversores, los accionistas. El Talento, de una u otra forma.
Tendencias:
- Físicas: coches auto-dirigidos, impresoras 3D, robótica avanzada, nuevos materiales.
- Digitales. “Uber, la mayor compañía de taxis, no tiene vehículos. Facebook, el medio más masivo, no crea contenidos. Alibaba, el mayor distribuidor, no tiene existencias. Airbnb, la mayor empresa de alojamientos, no tiene propiedades” (Tom Goodwin, TechCrunch, marzo 2015).
- Biológicas: Genética (proyecto Genoma).
En septiembre de 2015, el WEF identificó 21 “tipping points” (puntos de inflexión) que ocurrirán en la próxima década, desde el internet de las cosas (ropa interconectada, por ejemplo) a robots en el Comité de Dirección. En el apéndice del libro se detallan cada uno de ellos. La población mundial pasará a 8.000 M en 2030 y 9.000 M en 2050. La industria de las aplicaciones superó en 2015 en facturación a la del cine.
El economista Carl Benedict Frey y el experto en aprendizaje Michael Osborne, ambos de Oxford, analizaron los empleos que pueden automatizarse: un 47%. Según el WEF, se tardarán 118 años en llegar a la paridad de género. Menos del 50% de los DRHs creen que sus empresas están preparadas para estas transformaciones. “Se requiere una nueva mentalidad ligada al talento”. El gran peligro de esta 4ª revolución industrial es la mentalidad de “winner takes it all” (va todo al ganador).
Empleo: hace 15 años, Daniel Pink habló de “Free Agent Nation” (nación de autónomos). Fragmentación, aislamiento y exclusión (Lynda Gratton, London Business School, ‘The Shift’). La esperanza de vida de las S&P500 ha caído de 60 años a 18. Facebook tardó 6 años en llegar a los 1.000 M $ y Google, 5. Los cuatro mayores impactos ocurren en las expectativas de los clientes, los productos (que incorporan datos), las nuevas formas de colaboración y los modelos digitales. “Las empresas tienen que adaptarse al concepto de Talentismo”.
“En el siglo XXI, el poder es más fácil de obtener, más difícil de gestionar, más fácil de perder” (Moisés Naim). Las cinco ciudades que más favorecen la innovación son Nueva York, Londres, Helsinki, Barcelona y Amsterdam. Medellín y Tel Aviv son otros casos de éxito. El 1% de la población posee la mitad de la riqueza en el mundo. “La riqueza de información crea pobreza de atención” (Herbert Simon, premio Nobel de Economía 1978). “En la era de la aceleración, nada más extraño que ir lento. En la era de la distracción, ningún lujo mayor que estar atento. En la era del continuo movimiento, nada más urgente que detenerse” (Pico Iyer, ensayista de viajes).
Necesitamos en esta revolución cuatro tipos de inteligencia: contextual (cómo comprendemos y cómo aplicamos el conocimiento), emocional (cómo integramos pensamientos y sentimientos), inspiradora (el alma; un propósito individual y colectivo) y física (cultivar y mantener nuestra salud y bienestar). Inteligencia contextual, integración, confianza y salud. El Antropoceno o Human Age es un renacimiento cultural que depende de nosotr@s.
“La cuarta revolución industrial debe ser una revolución de los valores”, como dijo Amira Yahyaoui, presidenta y fundadora de Al Bawsala, en el Foro de Davos 2016.