Martes de sesión de
coaching estratégico, firma del convenio del Human Age Institute con el CSD
(Consejo Superior de Deportes) y viaje a Barcelona, para una reunión comercial
mañana a primera hora.
Manuel Gross en su
blog ha recogido un artículo de Gary Hamel en Harvard Business Review (abril
2015) sobre ‘Las 15 enfermedades del Liderazgo según el Papa Francisco’.
Al parecer, el Sumo
Pontífice se dirigió a la Curia Romana antes de la pasada Navidad para
alertarles de los peligros del Liderazgo. Gary Hamel, uno de los principales
gurús de la gestión empresarial, lo llevó al management. Los 15 principios son
los siguientes:
1. Creer que somos inmortales:
Muchos líderes modernos llegan a creer que son
infalibles e indispensables por lo que dejan de hacerse los “chequeos”
necesarios para saber cómo va su salud. Algunos líderes sucumben a la patología
del narcisismo y al complejo de superioridad, lo que hace que se sientan con
más derechos que el resto de las personas de su organización. El antídoto para
esta plaga es la humildad, el liderazgo de servicio: saber decir “soy un servidor
más, que solo cumple con su deber”.
2. Estar siempre ocupados:
Son los líderes curroadictos, que
se sumergen en el trabajo y se olvidan de descansar, por lo que sufren de
estrés. El tiempo de descanso no solo es imprescindible, es que debe ser
tomado en serio.
3. La “petrificación emocional”:
Se encuentra en quienes tienen un “corazón de
piedra” porque con el tiempo se han hundido en el papeleo. Son aquellos que
pierden la sensibilidad humana al dedicarse solo a cumplir con metas difíciles.
Es importante llorar con quienes lloran y reír con quienes ríen.
4. El exceso de planificación:
Aqueja a los líderes que creen que para que
las cosas funcionen deben estar perfectamente planificadas. Según el Papa
Francisco, las cosas deben planearse bien sin caer en el riesgo de perder la
espontaneidad.
5. La coordinación pobre:
Se da cuando los miembros de una comunidad
empiezan a creer que no necesitan de los demás. Cuando el pie dice al brazo:
“Yo no te necesito ", o la mano dice a la cabeza: "Yo estoy a
cargo”, se crean incomodidad y estrechez de miras.
6. El “Alzheimer” del liderazgo:
Consiste en olvidar a las personas que nos han
ayudado, enseñado y aportado en nuestros propios caminos, al quedar atrapados
en las obsesiones del presente.
7. La rivalidad y la vanagloria:
Se presenta cuando las apariencias, los títulos
y los beneficios son el objetivo primordial de nuestro trabajo como dirigentes.
Es “no hacer cosas desinteresadas” y dejar de pensar en el bienestar de los
demás.
8. La “esquizofrenia emocional”:
Es la condición que aqueja a las personas que
se encierran en los trámites burocráticos y pierden contacto con la realidad de
las personas a las que está dirigiendo.
9. El chisme:
Este padecimiento surge primero con pequeños
comentarios sobre un colega que después pueden degenerar en maledicencia. Es
una enfermedad de las personas débiles que carecen de la valentía para hablar a
la cara y prefieren hacerlo a las espaldas de las personas.
10. Idealizar a los superiores:
Es la enfermedad de quienes buscan agradar a
sus jefes directos solo para ganar favores. Son las personas que honran al
oportunismo en lugar de luchar por el bien de una organización. Solo piensan en
lo que pueden obtener y no en lo que tienen que dar, pues son tóxicamente
egoístas.
11. La indiferencia:
Se presenta cuando los jefes solo piensan en
ellos mismos y pierden la sinceridad. Se da cuando las personas no ponen sus
conocimientos al servicio de otros, cuando los celos y el egoísmo eliminan la
posibilidad de ayudar a todos compañeros.
12. “La cara seria”:
Se trata del mal que aqueja a aquellos líderes
que creen que siempre deben tener una cara severa para ser tomados en serio. El
Papa Francisco indica que al contrario de lo que se pretende, mostrar un
pesimismo estéril frecuentemente es una muestra de inseguridad. Un líder debe
ser sereno, cortes, entusiasta y alegre para transmitir buena energía a los
demás.
13. El acaparamiento:
Ocurre cuando el líder trata de llenar el vacío
existencial con bienes materiales. Es un ejercicio inútil porque ningún objeto
puede compensar lo que hace falta en el interior de la persona.
14. Los grupos de poder:
Se presenta cuando una organización tiene
grupos dentro de sí misma que concentran el poder y no lo ponen al servicio de
las personas. Suelen surgir como medios para dirigir una organización, pero
terminan convirtiéndose en un cáncer que impide su crecimiento.
15. La extravagancia:
Por último, este mal surge cuando los dirigentes
buscan acumular más y más poder y estar presentes en las conversaciones de
todos – porque los hace sentir glamurosos e importantes - y están dispuestos a
hacer lo que haga falta para obtenerlo.
Gran reflexión la de Gary Hamel y enorme
esfuerzo el del Papa Francisco por servir de conciencia moral.
Como el Liderazgo es en más del 90% pura
Inteligencia Emocional y ésta se compone de 5 S (Seguridad, Serenidad,
Superación, Servicio y Sinergia), ¿qué enfermedades combaten cada una de estas
S?
La Seguridad evita el exceso de planificación,
el “Alzheimer”, la idealización.
La Serenidad evita la creencia de
inmortalidad, el chisme, la extravagancia.
La Superación evita la curroadicción, la
esquizofrenia, el acaparamiento.
El Servicio (empatía) evita la “petrificación
emocional”, la vanagloria, el chisme.
La Sinergia (influencia honesta) evita la coordinación pobre, la cara seria, los
grupos de poder.
Por eso, en casi
todos los procesos de Coaching Ejecutivo conocerse a un@ mism@ y un plan de
acción para mantener las propias fortalezas y aprovechar las oportunidades de
mejora es habitual.
Mi gratitud a Manuel
Gross, a Gary Hamel y al Papa Francisco por estas reflexiones.