Jornada en Valencia, con cientos de jóvenes
esta mañana en el Talent at Work y por la tarde, con la presentación del Human
Age Institute en la capital del Turia, con José Antonio Marina, Jorge
Carretero, Silvia Leal y Juan Mateo como compañeros mentores. Un éxito en una
ciudad muy especial.
Siempre que puedo, me acerco a la sede de la
Universidad de Valencia, fundada en la primera década del siglo XVI, para
contemplar la estatua del gran humanista Juan Luis Vives. Un pensador de lo más
actual, como demuestra el hecho de que la revista Filosofía Hoy le haya
dedicado la portada de su último número, con la cita: “Propio de todo hombre es
errar. Pero de nadie, sino del necio, mantenerse en el error”.
Juan Luis Vives figura en el Top Ten de los
intelectuales renacentistas, junto a Dante Alighieri, Francesco Petrarca,
Giovanni Bocaccio, Lorenzo Valla, Antonio de Nebrija, Erasmo de Rotterdam y
Michel de Montaigne. Vino al mundo en 1492, dentro de una familia acomodada de comerciantes
judíos (su primo Miguel Vives era rabino). En 1507 entró a estudiar en la
Universidad de Valencia (fundada tres años antes), hasta 1509 que marchó a la
Sorbona. En 1502 consiguió en París el doctorado. Pasó a Brujas, en cuya
comunidad de judíos valencianos conoció a su esposa, Margarita Valldadura.
Le ofrecieron ser profesor de Alcalá de
Henares (como a su amigo Erasmo), pero rechazó el ofrecimiento. En 1523 fue
nombrado Lector del Corpus Christi por el cardenal Wosley, persona de confianza
del rey Enrique VIII de Inglaterra. Tres años más tarde, la Inquisición
condenaba a la hoguera a su padre y ejecutaba la sentencia. En la corte
británica entabló gran amistad con Tomás Moro y con la primera esposa del rey
Enrique, Catalina de Aragón, para quien escribió ‘La educación de la mujer
cristiana’.
Tras el divorcio de Enrique VIII y su
matrimonio con Ana Bolena, Juan Luis Vives tuvo que huir de las islas. Como
tutor de la hija de Catalina, María Tudor, escribió a Carlos V y al Papa
Clemente VII, pero las cartas fueron interceptadas por el ambicioso Wosley. En
1528 se estableció de nuevo en Brujas. Siete años después, su amigo Tomás Moro
fue juzgado por alta traición y ejecutado en la Torre de Londres. Juan Luis se
traslada a Lovaina y publica para el Emperador Carlos el tratado ‘De la
concordia y la discordia en el género humano’. Es el primer pensador europeo en
tratar la asistencia pública y aboga por la reforma de la educación. A partir
de 1529 sufre dolores de cabeza crónicos y fallece en Brujas en 1540.
Autor de obras tan importantes como ‘Sobre el
alma y la vida’ (1538), ‘Socorro a los pobres’ (1525), ‘De las disciplinas’ (en
la que propone adecuar la enseñanza a la personalidad de los alumnos) o
‘Introducción a la sabiduría’, además de las citadas sobre la educación de la
mujer (“aquellas ciudades en las que se presta poca atención a la instrucción
de las mujeres se ven privadas de una considerable parcela de su felicidad”) y
sobre la concordia (“La primera condición para la paz es la voluntad de lograrla”),
fue excelente en teología, filosofía, psicología y política. Tuve el honor de
estudiar con profundidad a Juan Luis Vives con motivo de la investigación sobre
mi libro ‘El triunfo del humanismo en la empresa’.
Un gran humanista, un gran compatriota, un
gran desconocido.