Miércoles entre Madrid y Barcelona. A las 2
pm, reunión en el Gran Teatro del Liceo con mis compañer@s de Manpower de la
ciudad condal. Un honor compartir con ell@s las novedades estratégicas para el
2015.
Ayer martes 16, el maestro José Antonio
Marina publicó en El Confidencial un sabroso artículo sobre la movilización
educativa: Objetivo 5A (www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/educacion/2014-12-16/movilizacion-educativa-objetivo-5a_591211/).
Un texto impresionante, en el que JAM nos propone, frente al desánimo e
irritación en la comunidad educativa, medios y administración, convertir
nuestro sistema educativo en cinco años en un sistema de alto rendimiento, con
el presupuesto previo a los recortes (el 5% del PIB). Una meta nada desdeñable.
Para lograrlo, resulta imprescindible reducir el índice de fracaso escolar a
niveles europeos (el 10%), mejorar considerablemente la calidad en las aulas
(por ejemplo, acercándonos en el Informe Pisa a los mejores de la OCDE, con una
subida de 35 puntos), organizar y prestigiar una educación profesional de
calidad. Se puede lograr, porque lo han hecho otros países, como atestiguan los
informes de McKinsey.
“En educación no
hay milagros, pero tampoco enigmas. Lo que tenemos que hacer es aplicar a
nuestro país lo que ha funcionado en otras naciones”. “Lo principal para
cambiar un sistema educativo es conseguir excelentes equipos
directivos, formar y seleccionar a los profesores –atrayendo a la gente más
valiosa mediante el diseño de una carrera profesional–, la atención inmediata a
los alumnos que se retrasan, la evaluación y la publicación de resultados, y la
autonomía de los centros. Ninguna de estas medidas es especialmente cara y, por
lo tanto, no vale la excusa económica…”
¿Quién debe
iniciar la transformación educativa?, se pregunta Marina. Todos: profesores,
centros, ciudades, comunidades autónomas, gobierno de la nación. Y además,
familias, sindicatos, medios de comunicación y otras instituciones sociales.
El maestro
Marina sueña (en la mejor acepción del término) con que la educación sea el
tema estrella de las elecciones municipales, autonómicas y generales del 2015.
Y much@s estamos con él. En una era en la que el talento es el bien más escaso
y valioso, la generación de talento (la educación) es la nueva riqueza de las
naciones.
También en El
Confidencial, Marina entrevista a nuestra buena amiga Carmen Pellicer,
presidenta de AECOPE (Asociación de Coaching Educativo y Calidad Pedagógica) y
de la Fundación Trilema, que colabora decisivamente en la mejora de 800 centros
españoles: www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/educacion/2014-12-16/quien-debe-gestionar-la-transformacion-educativa-para-que-produzca-resultados_591258/
“La escuela de educación obligatoria es la
estructura pública más organizada que ofrece una oportunidad única de aportar
como sociedad una intervención valiente, ambiciosa y eficaz para mejorar el
futuro de niños y jóvenes”, responde Carmen Pellicer a la pregunta de por dónde
empezar una transformación educativa. ¿Cuánto tiempo se tarda? “Un proceso de
mejora se puede realizar en un periodo corto de tiempo. Pueden verse resultados
tangibles en los alumnos en un curso escolar, si focalizamos los objetivos y
los esfuerzos en aspectos directamente vinculados a la mejora del aprendizaje
de los niños. Pero si queremos un cambio sustancial, que afecte a la
concepción del currículum, la sistematización en el uso de metodologías activas
y las herramientas de evaluación del aprendizaje, la gestión de recursos
variados y estimulantes y los modelos de personalización y atención a los
alumnos, hablamos de un proyecto ambicioso de objetivos a medio y largo plazo
que requiere al menos de tres cursos escolares. A partir de ese plazo, deben
implementarse las medidas necesarias para mantener una tensión de excelencia
constante que se debe evaluar anualmente.” Y concluye: “para valorar el efecto
de una buena escuela, los beneficios deben ser medidos por indicadores que
recojan también otros aspectos fundamentales para el desarrollo humano cuyos
logros se ven en la calidad personal y la felicidad de los alumnos y sus
entornos.” Libertad, dignidad y felicidad, nobles causas del talento como
“inteligencia triunfante”, según nos ha enseñado el propio Marina.
Me siento muy
orgulloso de que José Antonio Marina sea el mentor del área de Filosofía del
Talento del Human Age Institute. En esta ambiciosa iniciativa, ha iniciado la
confección del Handbook of Talent: http://joseantoniomarina.humanageinstitute.org/nuestra-definicion-de-talento/
En el Capítulo
1, ‘Nuestra Definición de Talento’, se arriesga a aportar una definición
(provisional) de talento, que incluye la aptitud y su ejecución. El Talento es
“la inteligencia que elige bien sus metas y moviliza la información, gestiona
las emociones y ejerce las virtudes ejecutivas necesarias para alcanzarlas, y
mantiene un proyecto de mejora continua”. Porque el Talento es autopoiético: se
autoconstruye. “El talento hay que desarrollarlo o se pierde. No hay talento
estancado”. Ya sabes: el talento que no se aprecia, se deprecia.
El Bucle
Prodigioso: así lo llamó José Antonio Marina, así se titula su libro de 2012
que resume dos décadas de prodigiosas aportaciones del maestro y a ello está
dedicando su vida. Muchas gracias, José Antonio. Como he dicho muchas veces
cuando he tenido el honor de presentarte en los más diversos foros, las
siguientes generaciones reconocerán en ti a un Marañón o a un Ortega y Gasset.