Jornada entre Madrid (por la mañana), Badajoz
(por la tarde) y Barcelona (por la noche, en cena corporativa).
En Badajoz he tenido el honor de participar
en las 32ª Jornadas de Gerencia Universitaria, organizadas por EBS, para hablar
‘Del Capitalismo al Talentismo: Selección, Captación y Fidelización del Talento
en la Gerencia’. Creo firmemente que en esta nueva era, en la que el Talento es
más escaso y valioso que el Capital, hay tres organizaciones sometidas a la
“ley de hierro” de la jerarquía, que deben transformarse especialmente si
desean sobrevivir: los partidos políticos, los medios de comunicación y las
universidades.
Ante los 70 gerentes de las universidades
públicas españolas, hemos hablado de Talentismo, de lo que es realmente el
Talento como “buen uso de la Inteligencia” (Marina), como Inteligencia
triunfante, de qué lo compone, del Liderazgo como tipo de talento (para influir
decisivamente en l@s demás), de la atracción del talento, de la fidelización, de
la motivación (¿extrínseca?, ¿intrínseca?), de la felicidad y cómo generarla…
Mi agradecimiento a Carlos Ongallo y su equipo de EBS por esta oportunidad.
He estado leyendo el número de este mes de la
revista Psicología Práctica, con un informe sobre la Generosidad. Ya sabes que
en el Talentismo la Generosidad (así, con mayúsculas) es la cualidad más
importante, la competencia esencial para atraer talento.
“¿Merece la pena ser generos@?”, se preguntan
los autores del informe. “La postura de dar, ofrecer y compartir es mucho más
vital que la de retener, guardar, encogerse y cerrar lo suyo por si acaso”,
responde José Mª Doria (psicoterapeuta). “Sí, pero ojo con los trepas”, matiza
Lola Mayo, también psicoterapeuta.
Dar y recibir es una ley universal. “La generosidad
es la manifestación natural del principio de interacción dinámica que rige el
universo”. Por ello, las personas generosas viven una vida más plena, porque lo
que se entrega retorna aumentado. En el informe se recoge aquella película,
‘Cadena de favores’, con Kevin Spacey y Jaley Joel Osment.
L@s altruistas siempre ganan. La generosidad
nos acerca a los demás, nos hace felices al compartir, nos ayuda a vencer las
resistencias. Por el contrario, el egoísmo es la cara más fea del ser humano.
El informe recoge una tipología de tacañ@s: el/la egoísta crónic@, el/la
aprovechad@, el/la pedigüeñ@, el/la calculador/a, el/la dilapidador/a, el/la
autosuficiente. Y finalmente, dónde situar los límites de la generosidad. Nos
pasamos de generos@s cuando necesitamos de aprobación continua, nos quedamos
cort@s cuando damos de mala gana, podemos ser generos@s sin dinero elevando la
autoestima de l@s demás. Ojo con el control y la manipulación, con l@s hij@s,
con l@s amig@s, con la pareja.
Me ha gustado también en la revista el test
sobre nuestros intereses (si somos más de Comodidad, de Superioridad, de
Control o de Agradar) y el artículo del economista Joaquín Valls, autor de
‘Emocional Mente: reeduca tu carácter para no amargarte la vida’ y el más
reciente ‘Genial Mente’. Tras 36 años enseñando matemáticas a universitarios,
ha constatado que “la genética tiene poco o nada que ver en el rendimiento
escolar”. La educación recibida y las técnicas de estudio son mucho más
relevantes. Valls cita a Karl Anders Ericsson y sus famosas “10.000 horas” de
práctica deliberada. “Todo parece indicar que 10.000 horas es el umbral de
tiempo necesario e imprescindible para llegar a la élite en cualquier
disciplina, es decir, el periodo de entrenamiento que requiere nuestra mente para
interiorizar cualquier habilidad y llevarla a cabo con una enorme naturalidad y
facilidad o, si se quiere, de forma incosnciente”. Como se dice en inglés, “la
práctica hace al maestro”.
Joaquín Valls sabe muy bien que lo marca la
diferencia son las ganas. Como dice nuestro buen amigo el profesor Santiago
Álvarez de Mon, “con ganas, ganas”. En términos neurológicos, en lugar de
aprender con el neocórtex (como se pretende en la escuela clásica), debemos
activar los ganglios basales (el piloto automático) y entonces liberamos la
corteza cerebral para racionalizarlo y comprenderlo.
Mi gratitud a Rosalía Fernández, Directora de
la revista ‘Psicología Práctica’, y a su equipo.