Segundo día de la
semana en Barcelona. Reuniones de comité comercial, con la responsable de
personas y talento de nuestro grupo, de redes sociales, de marketing… Es el
poder de una comunidad de talento a la que me siento muy orgulloso de
pertenecer.
He estado leyendo
en Psychology Today el artículo de la
Dra. Judith Orloff (profesora de psiquiatría de UCLA y autora del libro
‘Libertad Emocional’) sobre las relaciones de las personas hipersensibles.
Personas que van a la consulta de Orloff con la pretensión de encontrar una
pareja estable (y que han probado las citas online y los asesores del amor,
pero siguen solas). O que tienen relaciones, pero siempre están cansadas y
abrumadas. La razón, más allá de que no haya gente disponible o que “todos son
unos neuróticos”, es para la autora más profunda.
Judith Orloff les
llama “empáticos de las relaciones” (relationship empaths). Personas muy
sensibles, intuitivas y dedicadas a los demás, pero también absorbentes,
hiperactivas y con sistema nervioso extremadamente permeables. Experimentan
tanto el dolor como el placer de forma extrema. Lo curioso es que pueden ser
muy sensuales y responsables, así como grandes amantes. El lado oscuro es que
responden al mundo como si tuvieran una membrana, absorben el estrés de los
demás y por ello se convierten en ansiosas y exhaustas. Más allá de la empatía,
que es beneficiosa, comparten tanto con su pareja que se “integran” en ella.
En su libro ‘El éxtasis de la rendición’, Judith les describe y comparte
estrategias para superarlos. “Para sentirse segur@s en una relación, es
esencial establecer fronteras saludables y ser asertiv@. Entonces es cuando la
intimidad es posible”, escribe JO.
¿Cómo saber hasta qué punto eres un/a “relationship empath”? La Dra.
Orloff nos propone preguntarnos:
-
si nos llaman supersensibles
-
si tememos perder nuestra identidad en una relación
íntima
-
si preferimos llevar nuestro coche para irnos cuando
nos plazca
-
si nos preocupa demasiada sociabilidad y necesitamos
tiempo para estar sol@s
-
si preferimos a veces dormir sol@s
-
si cuando viajamos con la pareja preferimos
habitaciones separadas
-
si tendemos a asumir el estrés de nuestra pareja
-
si nos abruman los ruidos, olores, multitudes o
demasiada cháchara
Para Judith
Orloff, si contestamos positivamente de 1-3 de estas preguntas, lo somos
parcialmente. Si las respuestas positivas son entre 4 y 6, hay fuertes
tendencias. Y si respondemos que sí a 7 o más, somos “relationship empaths”
certificado.
Y tras el
autodiagnóstico, remover los obstáculos. Cambiar el paradigma, el modelo mental
de pareja (“abandona las viejas reglas de la relación y crea otras nuevas”).
Judith nos ofrece varios trucos: evaluar el potencial de compatibilidad de la
pareja (pídele un tiempo sol@, a ver qué responde), ten en cuenta que las
vibraciones hablan más alto que las palabras (evalúa la energía que generáis),
deja tiempo para el silencio y para descomprimir (medita, escucha música,
respira), limita el tiempo d socialización con los demás (para evitar el agotamiento),
negocia tu espacio o tómate un “sleep divorce” (divorcio de dormitorio, dormir
en camas separadas o en habitaciones separadas).
“Libertad emocional”, un concepto interesante para librarnos de lo
negativo. Gracias, Dra. Orloff, por compartir tus experiencias y reflexiones
con nosotr@s.