Hoy jueves y mañana viernes
estaré en Asturias, con varias de las principales empresas del Principado,
pertenecientes al Club Asturiano de la Calidad, para contarles las ventajas del
Coaching, de fomentar en sus organizaciones una Cultura de Desarrollo del
Talento (que es la Cultura más eficaz, eficiente y competitiva, la marca de las
empresas ganadoras) y animarles a que varios de sus profesionales participen en
el I Programa de Coaching Estratégico que se inicia aquí a primeros de octubre.
Mi gratitud una vez más a Marta, a Luis y a todo el equipo de Formastur, que
cree fervientemente en el Coaching y a Marino y todo el equipo del Club
Asturiano de la Calidad, que predica y practica que no puede haber Calidad sin
auténtica Calidad Directiva.
Hoy me gustaría hablarte del
Atrevimiento.
Como sabes, Atreverse proviene del latín “Tribuere”,
distribuir entre las tribus, contribuir, asignar. La expresión romana
“attribuere sibi” significaba “asignarse o u otorgarse a un@ mism@ la capacidad
de hacer algo”. En definitiva, atreverse es atribuirse (el protagonismo). Ser
un tigre y no una oveja, como diría David Serrato, el experto en energía y
calidad de vida. Mentalizarnos para ser protagonistas y no víctimas.
Atreverse se encuentra en el
campo semántico de osar, arriesgarse, probar, aventurarse, decidirse,
determinarse, resolverse, crecerse, lanzarse, emprender… Sus antónimos son
retroceder, amilanarse, achantarse, retroceder, arredrarse, acobardarse.
El Atrevimiento está muy
ligado a dos conceptos que me gustan mucho: la Valentía (que ya en latín
significaba “fuerza, vigor, robustez, perfecto estado de equilibrio de
energías” y que ha dado lugar a ciudades de origen romano como Valença en
Portugal, Valence en Francia o Valencia, Valencia de Don Juan o Valencia de
Alcántara en España, Venezuela, California o Filipinas) y el Coraje (que
proviene de Cor, Corazón). Ese “¡Vale!” con el que solemos acabar las frases en
España y que tanto divierte a nuestros hermanos iberoamericanos, es el
imperativo de “valere”: “sigue con salud, fuerza y vigor”.
Como me gusta repetir,
Aristóteles nos enseñó que la valentía (y, por tanto, el atrevimiento) es el
término medio, virtuoso (la areté) entre la cobardía y la temeridad. Atreverse
no es amilanarse, evidentemente, pero tampoco insolentarse, engallarse, desbocarse,
desmadrarse ni enfrentarse. A la naturaleza le gusta el equilibrio.
¿A qué debemos atrevernos? A
marcar nuestro propio destino, y no a que otros lo hagan por nosotros. A
estudiar lo que nos gusta, a escribir el libro con el que hemos soñado, a
trabajar en lo que nos apasiona, a vivir desde el Amor y no desde la tristeza.
Si nos atrevemos, ganamos.
Porque resulta que la Fe (en un@ mism@, en lo que merece, en lo que necesita de
verdad) triunfa sobre el miedo.
Ahora que se va a estrenar en
España el próximo día 20 la película sobre Steve Jobs, con Ashton Kruchner como
protagonista, recuerda “Los diez mandamientos de Steve Jobs para los
emprendedores”, tal como los recogió la periodista hispano-venezolana Esperanza
Hernández en www.fawerwayer.com:
1. Haz lo que te apasiona.
“La única forma de hacer bien un trabajo es amando lo que haces. Si todavía no
lo has encontrado, sigue buscando. No desesperes. Como el amor, sabrás cuando
lo has encontrado” (Steve Jobs, discurso en la Universidad de Stanford).
2. Sigue a tu intuición. Una
fuerza poderosa infravalorada hasta el momento.
3. Investiga, observa,
investiga. “Puedes preguntar a tus clientes qué es lo que quieren y después
tratar de dárselo. Pero cuando lo consigas, ya querrán algo nuevo” (Steve
Jobs).
4. Ficha a l@s mejores. Si no
atraes talento, perderás talento.
5. Mantén una plantilla
reducida. Se trata de tener el equipo mínimo (no menos, pero tampoco más) para
sacar adelante el proyecto.
6. Seduce a tus colaboradores
y a tus soci@s.
7. La Calidad como Religión.
8. Aprende del error. Toma la
derrota como lección.
9. Arriesga por la idea. “Ser
el más rico del cementerio no me importa. Irme a la cama por la noche sintiendo
que hemos hecho algo maravilloso sí vale la pena”.
10. El momento es ahora. Ya
sabes: no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Porque es el momento
del Atrevimiento.