Ayer me leí el libro Parece difícil, ¡pero no lo es!, que
acaba de publicar Àngel Llácer. Nacido en Barcelona hace 38 años, lleva medio
centenar de espectáculos a sus espaldas (desde El sueño de una noche de verano a Full monty) y es conocido por programas de la tele como Operación Triunfo, Tú sí que vales o Tu cara me suena. Formado como actor y
como director teatral, en estos momentos compagina su labor en la tele
(precisamente en el último programa que he mencionado) con la dirección del
musical Gerónimo Stilton y la
dirección y presentación del programa El
Optimistes (Catalunya Ràdio). Todo un talento, y un currante de tomo y
lomo.
Saca
lo mejor de ti y alcanza TU éxito,
nos cuenta en el subtítulo. Porque “el éxito es como el olor corporal: cada uno
tiene el suyo propio.” No hay dos éxitos iguales, ni una fórmula para
alcanzarlo. Lo que a Llàcer le ha funcionado (lo llama clase “no magistral) es
la combinación de seis conceptos: COHERENCIA, TRABAJO, TALENTO, PERSONALIDAD,
EMPATÍA y DIVERSIÓN.
Coherencia: Àngel entró en ESADE (uno de los mejores
expedientes académicos de su promoción) pero su vocación es el teatro. A los
tres meses, hizo pruebas para entrar en el Institut del Teatre de Barcelona.
“Si dejas que tu hijo siga su vocación, contribuyes a su felicidad. Y de paso,
a la tuya”. En la página 11, una sorpresa: “Una vez leí una frase del experto
en talento Juan Carlos Cubeiro que me gustó mucho y que viene a cuento: “Dedica
el tiempo que haga falta para descubrir qué es con lo que más disfrutas, qué te
hace levantarte cada mañana con ilusión. Si no quieres vivir la vida “mini”,
descubre para qué has venido a destacar y ser feliz”. Gracias por la cita.
El autor reivindica la dignidad (no dejar que nadie
te grite ni te pisotee), la notoriedad bien entendida (“vivimos en un país de
pandereta en el que no se valora el esfuerzo”, escribe), el mérito y no el
estatus, la autoestima (“la expresión acuñada es “he ido a pedir trabajo”. Y eso
es un error. Hay que ir a ofrecer, no a pedir. Ésta es la actitud correcta: yo
tengo esto y te lo ofrezco, te ofrezco mis servicios y mi talento. Y si te
conviene, colaboramos. Y si no, me voy por donde vine y cada uno sigue su
camino.”), el hueso del aguacate (el carácter), el sexto sentido (el sentido
común: “Piensa bien y acertarás”).
Trabajo: Después de 15 años sin parar de trabajar,
se tomó el autor unos meses sabáticos (entre otras cosas, como poner césped
artificial en su terraza, para escribir este libro); “si alguna cosa se me da
bien, es ejecutar proyectos”, “no creo que la modestia sea una gran virtud (la
humildad, en cambio, sí que lo es)”, “Es importante que cada uno descubra sus
talentos y los potencie”, “Más allá de la fama efímera, el único secreto para
hacer algo bien es ensayar. O sea, trabajar mucho (Àngel pone el ejemplo de una
obra de Mario Gas, para cuyo casting preparó la canción 450 días en cuatro días
o, como él dice: “Come, canta, caga”; un ejemplo de las 10.000 horas de
práctica deliberada que popularizó Malcolm Gladwell); “Todos tenemos que hacer
a veces cosas marcianas para acabar teniendo una buena vida en la tierra”
(Llácer, en sus inicios, tuvo que hacer de tomate en un supermercado y de valla
humana); “mi vida se ha articulado por proyectos”, “yo no creo en sueños, creo
en objetivos”, “no soy de los que se plantean grandes logros ni retos
imposibles”, “es importante decidir a qué te quieres dedicar, por supuesto,
pero una vez que lo haces lo más importante es ponerle ganas, tratar de hacerlo
lo mejor que sepas, sea lo que sea” (Àngel como ejemplo, valiente, el Premio Ondas
a Jorge Javier Vázquez, presentador de Sálvame);
“dirigir obras de teatro (que es lo que más le gusta) es como el juego de la
vida”, “las personas debemos darnos el permiso de equivocarnos. Y de reírnos de
nuestras equivocaciones”.
Talento: “el éxito es una cosa, y el talento otra”
(Llácer pone el ejemplo de un mal actor que ahora protagoniza una serie de
éxito), “el éxito real está en uno mismo”, “tener éxito es como ser simpático:
no significa nada”; “no basta con cantar bien, hay que ‘contar’ bien”;
“destruir a los demás sí que es de idiotas. Construir y entretener no lo es
(¡El espectador nunca se puede aburrir!)”; “la sabiduría no siempre está
relacionada con la cultura”, “uno tiene que decidir en qué se implica y en qué
no, y tener claro en qué se ha implicado y en qué no” (se mide en ganas y
tiempo), “en la televisión me gusta entretener, y en el teatro, además,
emocionar”.
Personalidad: “yo creé mi propio puesto de trabajo
como director de OT”, “soy radicalmente hipocondriaco” (Woody LLàcer), “mi
imagen pública, desde hace años, es una cara risueña con gafas… que no
necesito. ¡Veo perfectamente!”, “para muchos soy ‘el chico de las gafas”;
forman parte de mi atrezzo”, “el enamoramiento, lo diré claramente, es una
enfermedad”, “acostumbro a decir lo que pienso”, “hay que aliarse con los egos
fuertes. Esa ha sido siempre mi estrategia. Pero hay que saber cómo enfrentarse
a un ego desmesurado”, “nadie es perfecto” (Billy Wilder)… pero todos somos
estupendos”.
Empatía: “creo profundamente en la importancia de
dar”, “he aprendido que no sirve de nada quejarse”, “toda la vida ha tenido
cierta obsesión por distinguir a la buena de la mala gente”, “no perdamos
tiempo (ni tú ni yo) con los enemigos”, “la amistad se pierde por culpa del
miedo”, “lo que realmente nos enriquece es la diversidad”.
Diversión: “Hay que reírse de la vida, porque si no
la vida se ríe de ti”, “melancolía: transformación positiva de la realidad
pasada”, “vivamos los buenos momentos. Provoquemos los buenos momentos y
evitemos los malos”, “corremos el riesgo de convertirnos en avatares de
nosotros mismos”, “¡Enamórate YA!”, “He empezado el libro con seis palabras,
¿recuerdas? : coherencia, trabajo, talento, personalidad, empatía y diversión.
Y lo acabaré con otras seis: emoción, equipo, creatividad, riesgo, placer y
perseverancia”.
“Me gustaría muchísimo que este libro que estoy
escribiendo, aparte de entretenerte y divertirte a veces, te fuera útil para
algo”, escribe Àngel Llacer en la página 120. Pues lo ha conseguido. Es la
demostración palpable de que el éxito no es por casualidad y de que el talento
es una persona en color en un mundo en blanco y negro.
Parece difícil, ¡pero
no lo es! es un texto claro, directo, nada ampuloso, útil. Les encantará a l@s fans
del “chico de las gafas” y le ha gustado a un servidor, que se devora un libro
al día.
Mi agradecimiento al autor, el director teatral
Àngel Llácer; a su editor, Roger Domingo; a Mª José, que inició todo en ese
libro (como el propio Àngel reconoce) y al equipo de Alienta que combina
impacto mediático con rigor y calidad.