Me
gustan las entrevistas de mi querida y admirada Susanna Griso en Espejo público. Creo que es una de las
mejores entrevistadoras de nuestro país y que merece un programa nocturno para
que las personalidades nos cuenten qué está pasando.
Ayer,
Susanna entrevistó a Carme Chacón, tras ocho meses de silencio de la ex
ministra de Defensa. Habló de las 5 R del federalismo respecto al centralismo y
el independentismo (Reglas claras, Reconocimiento de las identidades y lealtad
al conjunto, Recursos suficientes, Reducción de complejidades y Representación
compartida) y nos recordó que hasta julio de este año, según datos del Banco de
España, la salida de capitales de nuestro país ha sido de 235.375 M €. En
junio, 56.000 M €; en julio, otros 15.000 M €.
A
un ritmo de salida de 35.000 M € mensuales, durante 2012 la fuga de capitales
será de unos 420.000 M €. Teniendo en cuenta que el PIB de España es de un
billón de euros, estamos hablando de más del 42%. El dato es tremendo, está provocado por el
nivel de desconfianza hacia la economía española (que no estamos sabiendo
paliar, seamos sanamente autocríticos) e incide directamente en nuestro
altísimo nivel de desempleo, que puede alcanzar el 26% en 2013.
Fuga
de Capital y fuga de talento. Según datos de Adecco, entre 2008 y 2010 se
duplicó el número de españoles que buscaba trabajo en el extranjero (hay más de
un millón y medio de españoles que residen fuera de forma permanente), en su
mayoría varones de 25 a 35 años, altamente cualificados: ingenieros,
arquitectos e informáticos. El último Eurobarómetro de la Comisión Europea
informa que 7 de cada 10 jóvenes de nuestro país estarían dispuestos a
marcharse, un tercio de ellos de forma permanente. Es la “consecuencia” de un
país con un 40% de universitarios (OCDE, 37%; UE, 34%), que en un 44% están
infravalorados en sus empleos (OCDE, 23%). Un millón de licenciados en el desempleo,
con perspectivas nada halagüeñas. La web www.spaniards.com
conecta a la gente que quiere trabajar en el extranjero con las ofertas
foráneas.
Siendo
muy grave, este fuga física y cuantitativa no es más que la nata. Para los que
entendemos el talento como capacidad por compromiso en el contexto adecuado,
perdemos gente con capacidad (por ejemplo, muchos licenciados universitarios),
pero también advertimos de falta de compromiso, de energía (porque escasea la
ilusión, el proyecto, el liderazgo en la práctica) y de pocos contextos de
desarrollo del talento (cultura, clima, compensación y cooperación). Un
contexto organizativo meritocrático debe analizar, por ejemplo, cada año cómo
está como empresa preferida para trabajar (Top Employers, Empresa Flexible),
debe formar parte activa de APD y debe contar con líderes-coaches. Son claves
que diferencian una verdadera empresa de un negociete.
¿Cómo
le damos la vuelta a la tortilla? He estado leyendo, por fin (la tenía
pendiente) La hoguera del capital. Abismo
y utopía a la vuelta de la esquina, de Vicente Verdú. Escritor y
periodista, autor de más de 30 libros, con esta obra ganó el Premio Temas de
Hoy 2012. “La extensión y la duración de esta Gran Crisis ha adquirido tanta
envergadura que sería inocente creer que tras ella las cosas seguirán siendo
más o menos como antes”.
Verdú
cree, como un servidor, que se trata de un cambio de época, hacia “un porvenir
más saludable y empático, más cariñoso, complejo y vecinal”. Debemos hacer real
esa esperanza.
“Vivir
en el desorden –sin duda transformador- constituye la exigencia central de esta
Gran Crisis”, nos enseña VV. Una transformación en el arte y la cultura, en la
familia y la escuela, en el amor… y por supuesto en el mundo empresarial, me
permito añadir.
Si
falta financiación, “la sangre dejará de fluir en el cuerpo de la economía y el
paro cardiaco será inevitable. O, en todo caso, las secuelas sobre las
funciones del cerebro estarán servidas” (Abdeslam Baraka, exministro marroquí y
exembajador en España).
Ingeniosamente,
VV conecta este momento con “los zombis que nos rodean” (las series The Blood, The Vampires Diaries,
Supernatural, The Walking Dead; la película Zombieland). Este fin de semana se ha estrenado Resident Evil: Venganza, quinta y
violentísima entrega en la que Milla Jovovich interpreta a una matazombies
desde Tokio y Moscú a Washington y Nueva York. “La moda de los zombis, que en
los últimos años ha ido creciendo en los cómics, las series de televisión o el
cine, es el reflejo de los muertos/vivos que ocasiona la destrucción de puestos
de trabajo, la pérdida de referencias y sentido, el paso de millones de
personas tratadas como basuras y deambulando sin destino fijo”.
La
clase política. “Muchos nos preguntamos: si las máximas autoridades económicas
atribuyeron a la avaricia y la estafa de algunos los descalabros de los bancos
y, más tarde, de países enteros, ¿cómo no se hizo nadad contra esa banda de
malditos?” VV responde: “La política es hoy una profesión sin prestigio, como
efecto de no responder siempre a una clara vocación de servicio. En el mundo
complejo en el que vivimos, sus directores no pueden ser sencillamente actores
más o menos favorecidos”. En el caso español, además malos actores cuando los hay
tan buenos.
“La
desigualdad social, de la que es primer responsable la pasividad del sistema
político, contribuye a la insolidaridad, al pánico, a la indefensión. Y todo
ello, como ahora percibimos, junto a una intensa manta de infelicidad social”.
Vivimos en un planeta en el que las vacas francesas (de la UE) reciben 2 euros
diarios de subvención, más de lo que ganan 2.700 millones de personas en el
mundo, más de un tercio de los seres humanos.
El
párrafo que más me ha gustado del libro es que nos recuerda el discurso
preliminar de la Constitución de Cádiz, hace 200 años: “el Estado, no menos que
los soldados que lo defienden, necesita de ciudadanos que ilustren a la nación
y promuevan su felicidad con todo género de luces y conocimientos. Uno de los
primeros cuidados que deben ocupar a los representantes de un pueblo grande y
generoso es la educación pública”. Deseo que se perdió a lo largo del XIX,
porque en 1900 más del 60% de los españoles eran analfabetos, en tanto que solo
el 17% de los franceses o el 9% de ingleses o alemanes. He ahí la diferencia.
¿Y
el talento? Verdú recoge las palabras de mi admirado José Ignacio Leyún, socio
de Seeliger y Conde: “En la selección de directivos de empresa antes pesaba el
tener un típico perfil comercial, la capacidad de generar negocio. Hoy, en
cambio, le supera el arte de negociar, ya sea con proveedores o internamente
con los empleados, lo que significa desenvolverse entre personas” (El País). El autor lo conecta con el
concepto de Consilence del biólogo de
Harvard Edward Wilson: cruce entre disciplinas y visiones del mundo. Y se
pregunta si, tras las utopías laboralistas, comunistas o nazis, el trabajo
tiene que seguir siendo una maldición bíblica (algunos tenemos muy claro que
no). “El desarrollo es una fórmula subdesarrollada” (Edgar Morin, La Vía).
¿Hay
esperanza? “Nadie que viviera en 1480 podría reconocer el mundo de 1530,
cincuenta años después, cuando ya se habían creado las naciones-estado, había
tenido lugar la división de la cristiandad, la expansión de Europa hacia Asia y
America o, en las comunicaciones, la revolución de Gutenberg”. Pues estamos en
un punto similar. Cuando escribo estas líneas, no sé si mañana va a ganar
Chávez o Capriles, y pasado (dentro de un mes) Romney u Obama (por no hablar
del neomaoísmo o del reformismo en China). Evidentemente, en los tres casos
apuesto por el 2 en la quiniela, pero un 1 (una victoria del primero) nos
llevaría a un mundo diametralmente opuesto.
Y
la hay si descubrimos lo que es realmente prioritario. “El amor es la clave de
la condición humana, puesto que no hay humanidad sin textura amorosa, no hay
red social sin cópula, no hay efectividad sin afectividad. No solo el amor
parece insustituible para sentirse feliz, sino que faltos de alguna forma de
amor caeríamos muertos”. Amén. “La vinculación no es el resultado de un proceso
libidinal o de aprendizaje. La necesidad del otro es más fuerte que el hambre y
más precoz que la sexualidad” (Bellenger, La
persuasión).
Verdú
cita a Les Luthiers, que estos días
actúan en Madrid: “Todo tiempo pasado fue anterior”. Y lo seguirá siendo. Los
nuevos tiempos son más nuevos que nunca.
Un
libro muy interesante. El capital se quema en su hoguera, el talento resurge,
como el Ave Fénix, de sus propias cenizas. Espero que nuestro talento aprenda
mucho en el extranjero (mi gratitud hacia ellas y ellos) para aportar gran
valor cuando vuelva aquí.