Jornada
de trabajo en Medellín, Colombia; la ciudad de la eterna primavera.
La
segunda ciudad de Colombia destaca por el por la Plaza Botero (23 obras de arte del maestro, gigantes de bronce, en 7.500 m2),
los parques de los deseos (para aprender sobre el universo), de los pies descalzos,
aeroparque Juan Pablo II (la mayor zona acuática de la ciudad), el peatonal
Carabobo, el parque norte J. Emilio Valderrama (parque de atracciones
mecánicas), el zoológico, el acuario, el planetario, los Museos de Antioquía, Arte
Moderno, Casa Gardeliana, El Castillo, Entomológico, Otraparte, cerro Nutibara
y pueblito Paisa, iglesias de la Veracruz y de Nuestra señora de la Candelaria,
numerosos centros comerciales y un buen número de restaurantes.
Con
una docena de ejecutivos de empresas muy prestigiosas del país (de los sectores de la energía, la alimentación, el automóvil, los servicios, etc), hemos estado
trabajando el desarrollo del Liderazgo, partiendo de la perspectiva del deporte
(de grandes equipos como La Roja, de grandes entrenadores como Mourinho,
Guardiola, Del Bosque o Emery, de grandes jugadores como Messi, Cristiano
Ronaldo, Iniesta o Falcao) hacia el enfoque empresarial, en este cambio de
época en la que el talento es lo más escaso y valioso. Una primera visita a Medellín muy provechosa.
He
estado leyendo en Portafolio (el Financial Times colombiano) el pasado
fin de semana el artículo de portada Gestión
en el juego del cambio, que se hace eco de un informe, Turn risks and opportunities into results (Convierte los riesgos y
las oportunidades en resutados) de Ernst & Young en este país. En este
artículo se explica que “para decidir cambios estructurales que redunden en el
crecimiento y fortalecimiento de las compañías y que, además, ayude a la
organización a proyectarse, se deben tener en cuenta seis tendencias de
acción”:
1.
Auge de los mercados emergentes. Hay
ya 25 “pequeñas economías” que en la ultima década han obtenido crecimientos
medios anuales superiores al 5’4%, el triple que las economías avanzadas (no
hablemos de España, Italia, Portugal o Grecia). En conjunto, representan el 31%
de la economía mundial; entre ellos están, claro está, Brasil y Colombia.
2.
El cambio climático. Es una realidad
y hay que tomar medidas en energía y tecnologías de producción.
3.
Cambios en el panorama financiero:
normativas más estrictas, mayor intervención del gobierno y nuevos modelos de
negocio.
4.
Gobiernos más influyentes: revisión
de la tributación, normativas fiscales y cooperación internacional para
reinventar el sector público con impacto en el sector privado.
5.
Innovación en Tecnología: las
tecnologías de la información son parte fundamental de la estrategia para la
productividad y competitividad.
6.
Fuerza laboral cada vez más diversa.
“Con la recesión en las grandes potencias mundiales, escasearon las plazas de
trabajo formal, mientras que la demanda laboral aumentó tímidamente en los
mercados emergentes, generando desplazamientos geográficos y cambios sociales
que impactan a migrantes, minorías étnicas, candidatos a jubilarse, jóvenes
profesionales y estudiantes que compiten por las pocas plazas de empleo
existentes”.
Todas
estas tendencias obligan a redefinir el Talento (y el Liderazgo entendido como
Talento para influir decisivamente en los demás, entendido como Calidad
Directiva) y transformarlo en un Talento más global (olvídate de trabajar en un
solo país), más consciente (de la sostenibilidad del planeta), más atento a los
mercados financieros, al papel del gobierno y al impacto de las nuevas
tecnologías, y sobre todo más capacitador del talento de sus colaboradores y de
todos los profesionales de la organización.
Mi
agradecimiento a todos los directivos participantes en la jornada de hoy, que
apuestan seriamente por el desarrollo de su propio liderazgo y el de sus organizaciones.