50 ideas antes de los 50

Día tranquilo de sábado, soleado y primaveral. Hemos salido relativamente tarde de casa (a eso de las 11 de la mañana), hemos ido a pasear a la zona de La Vaguada y comido en el Hollywood de ese centro comercial. Por la tarde, lectura y escritura en casa. Y cena con Zoe en un restaurante cercano.

En la revista Esquire, George Clooney en la portada. 50 cosas de las que nos sigue gustando hablar a los 50 (números). La entrevista a Clooney es muy interesante: “Me han preguntado varias veces si me metería en política, pero viendo a los políticos me pregunto qué pinto yo ahí”. “Debo decir que nosotros, los estadounidenses, solíamos siempre ser los primeros en hacer cosas. Pero hemos dejado de serlo, de hecho, apenas innovamos y lo hecho de menos”. “Nunca invierto en bolsa”. “Te haces mejor actor con los años, como los cantantes”. “Me encanta saltarme los límites que imponen los estudios de cine”. “La gente suele olvidar que estuve casado”. “La vida en el lago Como es genial”. “No estoy obsesionado con los premios”. “Si nunca he ocultado mis canas, ¿por qué iba a avergonzarme de mi edad?”.

En la misma revista, 50 ideas de las entrevistas de Esquire en este medio centenar de números. De ellas, destaco el 25%:

“La singularidad del ser humano reside en su capacidad infinita para hacerse infeliz. Ningún otro animal o especie tiene tan desarrollada esa facultad” (Eduard Punset).

“Soy un gran defensor de la siesta. Y sin nada de medias tintas: quitándose la ropa y metiéndose en la cama. No hagas caso a los que te digan que así trabajarás menos, son gente sin imaginación. Para mí es como si consiguieras dos días de trabajo en uno. Bueno, al menos uno y medio (Winston Churchill).

“El sexo es fundamental en la creatividad, y como tal, también debe estar presente en la arquitectura” (Ricardo Bofill).

“Me gusta el país en que vivo, aunque tiene sus peculiaridades. Creo que España es un país de cuñados: todo el mundo opina, pero muy pocos hacen algo (Joaquín Reyes).

“En realidad, como actor, sólo puedo realizar dos tipos de papeles. O hago de intelectual, o de retrasado” (Woody Allen).

“La gente se queja: ¿Dónde están los buenos escritores? A mí lo que me entristece pensar es: ¿Dónde están los lectores? (Gore Vidal).

“Una canción de tres minutos puede ser tan poderosa como un gran libro” (Elvis Costello).

“Lo de ‘esto es una españolada’ me parece una soplapollez. ¿Qué quieren, que haga Taxi Driver en Leganés? (Andrés Vicente Gómez).

“Quien dice que juega al límite es porque tiene un límite” (Michael Jordan).

“Yo quería imitar a mi padre, como todos los niños. Y mi padre era futbolista” (Pelé).

“La crítica gastronómica es muy injusta” (Karlos Arguiñano).

“Cambiaría toda mi tecnología por una tarde charlando con Sócrates. Va en serio” (Steve Jobs).

“Odiar es una derrota en sí misma. En la vida, los enemigos son demasiados como para derrotarlos a todos. Es mejor derrotar al odio que nos ha hecho convertirlos en nuestros enemigos en primer lugar” (Dalai Lama).

Y una palabra que he aprendido en esta publicación: pelafustán. Esquire la toma de Visita a un extraño, la última novela de Reboiras. Un ‘pelafustán’ es “un hombre insignificante o mediocre, sin posición social ni económica”. Vamos, alguien que carece de talento. O talentosos, o pelafustanes. Cada uno de nosotros elegimos, consciente o inconscientemente. Cuando uno se va acercando a los 50, más vale que lo tenga claro (después, puede ya ser demasiado tarde).


Mi agradecimiento a Miguel Ángel, por sus generosas aportaciones, como los artículos de ayer y hoy (el mundo no es de los egoístas, sino de las personas generosas), a George Clooney y todos aquellos que con una sonrisa maravillosa cantan las verdades del barquero (con la tristeza no se llega lejos) y a mi colega Leonor, que hace un trabajo maravilloso (hay esperanza con profesoras universitarias tan activas como ella).