La inmortal voz de Facundo Cabral


Hemos hablado mucho estos días de la violencia en México, especialmente en el Norte del país. Ayer, 20 muertos en Monterrey, 3 mujeres y 7 hombres descabezados en Torreón… El gobierno del presidente de la república proclama en anuncios de radio que ha detenido o eliminado a 21 de los 37 narcotraficantes más buscados. Sin embargo, todavía no se tiene la sensación de que se le esté ganando la batalla a los cárteles de la droga. El Presidente Calderón señaló ayer que a través de las artes y el deporte se pueden encontrar soluciones a los problemas de inseguridad y de salud en México. Bien deseo que sea así (el país se prepara para la final del Mundial sub-17 de fútbol mañana en el Estadio Azteca, México-Uruguay; ¡qué gran lección han dado estos ‘chamacos’, con Julio Gómez a la cabeza! Vendada, eso sí).

Esta mañana, desayunando en el Hotel Nikko de la Ciudad de México, me ha desolado la noticia del asesinato de Facundo Cabral. En Guatemala, donde había realizado una gira de conciertos, viajaba en un Range Rover blanco, junto con el empresario que le contrató, Henry Fariñas, y el conductor. Al menos 25 impactos de bala, fruto de sicarios o asaltantes. Según Álvaro Colom, presidente de Guatemala, se ha tratado de un trágico error, porque el ataque era contra el empresario (Fariñas y el chófer salvaron la vida).

Nacido el 22 de mayo de 1937 en La Plata, provincia de Buenos Aires, Facundo Cabral sufrió una infancia dura, porque su padre abandonó el hogar (su madre, él y dos hermanos). Estuvo a punto de ser encerrado en un reformatorio. Según él, encontró a Dios en las palabras de Simeón, un viejo vagabundo. Se trasladó a Tandil, donde limpió veredas y trabajó de peón. A los 22 años se fue a Mar del Plata y tocaba la guitarra (sus ídolos eran Atahualpa Yupanqui y José Larralde). En 1970 Alberto Cortez graba su canción “No soy de aquí ni soy de allá”, que le convierte en conocido en todo el mundo. Su pensamiento se nutre de Jesús y de Gandhi, de Borges y de Walt Whitman… En 1976 debe dejar Argentina por temas políticos y se refugia en México. Regresará 8 años después, convertido en un ídolo. En 1994 comienza la gira “Lo Cortez no quita lo Cabral”.

Mensajero mundial de la Paz por la ONU, es autor de libros como Conversaciones con Facundo Cabral, Mi abuela y yo o Borges y yo, y de discos como El carnaval del mundo, Cabalgando, Mi vida, Entre Dios y el Diablo o Cabral en vivo.

Como homenaje, su “No soy de aquí ni soy de allá”, (www.youtube.com/watch?v=xD3G6eM3tPI) con un poético preámbulo:

Me gustan los que se callan

y me gustan los que cantan.

Y de tanto andar conmigo,

me gusta lo que me pasa.

Me pasan cosas como ésta;

aunque no tenga importancia

andar contándole a todos

todas las cosas que pasan.

Porque uno no vive solo

y lo que a uno le pasa

le esta sucediendo al mundo,

única razón y causa.

Pues todito esta perfecto

porque perfecto es Dios.

Que se mueve alguna estrella

cuando arranco una flor;

por eso si hay uno hay dos.

Supe del diablo

la noche que al hambriento dije no.

También esa noche supe

que el diablo es hijo de Dios.

Ando solo por la vida

con un tono y dominante,

modestamente cantor

sin pretensión de enseñar;

porque si el mundo es redondo

no sé que es ir adelante.

Andar y andar siempre andando

nada mas que por andar.

No vine a explicar al mundo,

sólo vine a tocar.

No quiero juzgar al hombre,

al hombre quiero contar.

Mi condición es la vida

y mi camino cantar;

cantar y contar la vida

es mi manera de actuar.

Un día llegue a Tandil

y conocí a un anciano

que, a falta de inteligencia,

se le dio por ser muy sabio.

Le pregunte por Jesús

una noche al lindo viejo

y ahí mismo lo conocí,

cuando me alcanzó un espejo.

Yo bailo con mi canción

y no con la que me tocan;

yo no soy la libertad,

pero si el que la provoca.

Si ya conozco el camino

para qué voy andar acostado;

si la libertad me gusta

pa qué he de vivir de esclavo.

Elegir yo siempre elijo,

más que por mí, por mi hermano.

Y sí he elegido ser águila

fue por amor al gusano.

Prefiero seguir a pie

y no en caballo prestado,

alguien por una manzana

pa siempre quedó endeudado.

Siempre se llega primero

el que va más descargado.

El día que yo me muera

no habrá que usar la balanza,

pues pa velar a un cantor

con una milonga alcanza.

Doy la cara al enemigo,

la espalda al buen comentario,

porque el que acepta un halago

empieza a ser dominado.

El hombre le hace caricias al caballo

pa montarlo.

Perdón si me propasé

y me puse moralejo;

nadie puede dar consejos,

no hay hombre que sea tan viejo.

Me pongo el sol al hombro

y el mundo es amarillo.

Me gusta andar, pero no sigo el camino

pues lo seguro ya no tiene misterio.

Me gusta ir con el verano muy lejos,

pero volver donde mi madre en invierno;

y ver los perros que jamás me olvidaron,

y los caballos

y los abrazos que me dan mis hermanos

me gusta, me gusta, me gusta...


El diario Milenio de México recoge algunas reflexiones de Cabral:

“El conquistador por cuidar su conquista se convierte en esclavo de lo que conquistó, es decir, que jodiendo se jodió”

“Vive de instante en instante, porque eso es la vida”

“Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo”

“No te sientas aparte y olvidado, porque todos somos la sal de la tierra”

“Soy repetidor de Whitman, a quien amé hasta el plagio”

Mi profundo agradecimiento a Facundo Cabral, que tanto nos ha enseñado y que siempre estará con nosotros; a su gran amigo Alberto Córtez (que estará consternado), a Iago Santalla y Manuel Rivero, que tanto y tan bien difunden a Cabral…