La hispanidad, desde Guadalupe

Hoy he cumplido uno de los mayores sueños de mi vida: ser investido Caballero de la Hispanidad, Caballero de Santa María de Guadalupe.

El Real Monasterio de Santa María de Guadalupe fue fundado en 1337, hace casi 700 años, en el corazón de la histórica Puebla de Guadalupe, junto a las Villuercas, sobre la falda sur de las Altamiras. Guadalupe es “el río del lobo” (de Guada: río en árabe y lupus: lobo en latín). Un pastor, Gil Cordero, encontró a finales del siglo XIII junto al río Guadalupe una imagen de la virgen María (una “virgen negra”) que unos cristianos de Sevilla habían escondido. Hacia 1330, Alfonso XI, rey de Castilla y León, visitó la ermita donde estaba la virgen y mandó edificar una más grande y señorial. Tras la victoria en la batalla del Salado, en 1340, el rey Alfonso volvió a Guadalupe para mandar ennoblecer el templo. Los jerónimos regentaron el monasterio desde 1389 y durante casi cinco siglos, hasta la exclaustración de 1835. En 1879 el santuario fue declarado Monumento Nacional y Nuestra Señora de Guadalupe fue declarada Patrona de Extremadura en 1907. Desde el año siguiente se encargó la orden franciscana del monasterio hasta la actualidad. Nuestra Sra. de Guadalupe fue coronada canónicamente como Reina de las Españas el 12 de octubre de 1928, hace exactamente 82 años. Desde entonces existen los Caballeros de la Hispanidad, dado que Guadalupe es la Reina de la Hispanidad.

La Guardia de Honor de los Caballeros de Nuestra Señora de Guadalupe se constituyó el 10 de febrero de 1929 con 71 miembros. El primer presidente, Manuel Mayoral, permaneció hasta 1936. Al final del primer trienio había 234 caballeros (el presidente de honor fue S. M. Alfonso XIII). El Título de Caballero (con diploma conmemorativo) data de 1974. Actualmente el presidente de honor es S. M. Juan Carlos I. Desde el 12 de octubre de 1980 la Guardia de Honor pasó a llamarse Asociación de Caballeros de Santa María de Guadalupe (Real Asociación desde 1998, por título del Rey de España).

Hemos llegado a la plaza de Guadalupe a eso de las diez y cuarto de la mañana, donde me esperaban mis “padrinos” Jaime y Conrado con sus respectivas esposas. Hemos tomado el tradicional café con churros y después visitado la basílica y la hospedería (admirables los cuadros de Zurbarán y de El Greco). Un espacio inigualable para tener alguna de las primeras sesiones del Instituto de Liderazgo Avanzado de la EBS, dado que Guadalupe es la capital espiritual de Extremadura (la Toscana de España, la cuna de la Hispanidad en ambos continentes). En el corazón, la imagen plateada, regalo de mi amigo Nelson Ríos, de la Guadalupana de México, al otro lado del Atlántico.

Junto con el resto de nuevos caballeros (un total de 33), nos han comentado en el camarín del monasterio cómo se iba a desarrollar el acto (con diploma, banda, medalla e insignia de caballero). La ceremonia, en misa de 12, ha sido muy emotiva y después hemos realizado una procesión, junto con buena parte de los caballeros, por la plaza frente al monasterio. Me he podido fotografiar a solas con el actual presidente de los caballeros (el noveno a lo largo de la historia), Antonio Ramiro, junto a la imagen de la Virgen de Guadalupe.

Nuestro buen amigo Jaime nos ha llevado a comer a un sitio muy innovador de Cañamero llamado Algo así, regentado por Frank y Susanna Sinzig. Está abierto de viernes a domingo, sólo se puede ir con reserva previa (mínimo 24 horas) y ellos confeccionan lo que quieren para los que van: combinan su acervo suizo, los productos ecológicos (incluido el vino) y las especias. Un enfoque diferente, muy “de océano azul”. Todo un descubrimiento. Seguro que en Algo así haremos el primer “business case” que se come.

Un día inolvidable. Gracias a Jaime, Conrado y sus respectivas por un anfitrionazgo tan especial, así como al resto de caballeros de la Hispanidad.