El Día de Europa 2009

Casi todo el mundo sabe que el día de Estados Unidos es el 4 de julio, pero mucha menos gente conoce que el día de Europa es el 9 de mayo.

El 9 de mayo de 1950 nacía la Europa comunitaria, cinco años después del final de la II Guerra Mundial, que asoló este continente, y con la “guerra fria” que amenazaba con iniciar la tercera guerra.
En la página www.europa.eu podemos leer que “en París, se convocó a la prensa a las 6 de la tarde en el Salón del Reloj del Ministerio de Asuntos Exteriores en el Quai d'Orsay porque se iba a hacer pública una "comunicación de la mayor importancia". Las primeras líneas de la Declaración del 9 de mayo de 1950, redactada por Jean Monnet y comentada y leída ante la prensa por Robert Schuman, Ministro francés de Asuntos Exteriores, expresan claramente la ambiciosa magnitud de la propuesta.”La declaración Schuman dice lo siguiente: “La paz mundial no puede salvaguardarse sin unos esfuerzos creadores equiparables a los peligros que la amenazan.
La contribución que una Europa organizada y viva puede aportar a la civilización es indispensable para el mantenimiento de unas relaciones pacíficas. Francia, defensora desde hace más de veinte años de una Europa unida, ha tenido siempre como objetivo esencial servir a la paz. Europa no se construyó y hubo la guerra.
Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho. La agrupación de las naciones europeas exige que la oposición secular entre Francia y Alemania quede superada, por lo que la acción emprendida debe afectar en primer lugar a Francia y Alemania.
Con este fin, el Gobierno francés propone actuar de inmediato sobre un punto limitado, pero decisivo:
«El Gobierno francés propone que se someta el conjunto de la producción franco-alemana de carbón y de acero a una Alta Autoridad común, en una organización abierta a los demás países de Europa.»
La puesta en común de las producciones de carbón y de acero garantizará inmediatamente la creación de bases comunes de desarrollo económico, primera etapa de la federación europea, y cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas.La solidaridad de producción que así se cree pondrá de manifiesto que cualquier guerra entre Francia y Alemania no sólo resulta impensable, sino materialmente imposible. La creación de esa potente unidad de producción, abierta a todos los países que deseen participar en ella, proporcionará a todos los países a los que agrupe los elementos fundamentales de la producción industrial en las mismas condiciones y sentará los cimientos reales de su unificación económica.
Dicha producción se ofrecerá a todo el mundo sin distinción ni exclusión, para contribuir al aumento del nivel de vida y al progreso de las obras de paz. Europa podrá, con mayores medios, proseguir la realización de una de sus tareas esenciales: el desarrollo del continente africano.
De este modo se llevará a cabo la fusión de intereses indispensables para la creación de una comunidad económica y se introducirá el fermento de una comunidad más amplia y más profunda entre países que durante tanto tiempo se han enfrentado en divisiones sangrientas.
Mediante la puesta en común de las producciones básicas y la creación de una Alta Autoridad de nuevo cuño, cuyas decisiones obligarán a Francia, Alemania y los países que se adhieran, esta propuesta sentará las primeras bases concretas de una federación europea indispensable para la preservación de la paz.
Para proseguir la realización de tales objetivos, el Gobierno francés está dispuesto a iniciar negociaciones según las siguientes bases.La misión encomendada a la Alta Autoridad común consistirá en garantizar, en el plazo más breve posible, la modernización de la producción y la mejora de su calidad; el suministro, en condiciones idénticas, del carbón y del acero en el mercado francés y en el mercado alemán, así como en los de los países adherentes; el desarrollo de la exportación común hacia los demás países; la equiparación y mejora de las condiciones de vida de los trabajadores de esas industrias.
Para alcanzar estos objetivos a partir de las dispares condiciones en que se encuentran actualmente las producciones de los países adherentes, deberán aplicarse con carácter transitorio determinadas disposiciones que establezcan la aplicación de un plan de producción y de inversiones, la creación de mecanismos de estabilidad de los precios y la creación de un fondo de reconversión que facilite la racionalización de la producción. La circulación del carbón y del acero entre los países adherentes quedará liberada inmediatamente de cualquier derecho de aduanas y no podrá verse afectada por tarifas de transporte diferenciales. Progresivamente se irán estableciendo las condiciones que garanticen espontáneamente una distribución más racional de la producción y el nivel de productividad más elevado.
La organización proyectada, al contrario que un cártel internacional tendente a la distribución y a la explotación de los mercados mediante prácticas restrictivas y el mantenimiento de grandes beneficios, garantizará la fusión de los mercados y la expansión de la producción.
Los principios y compromisos esenciales anteriormente expuestos serán objeto de un tratado firmado entre los Estados. Las negociaciones indispensables para precisar las normas de aplicación se llevarán a cabo con ayuda de un árbitro designado de común acuerdo, cuya misión consistirá en velar por que los acuerdos se ajusten a los principios y, en caso de desacuerdo insalvable, decidirá la solución que deba adoptarse. La Alta Autoridad común, encargada del funcionamiento de todo el sistema, estará compuesta por personalidades independientes designadas sobre bases paritarias por los Gobiernos, quienes elegirán de común acuerdo un presidente. Las decisiones de la Alta Autoridad serán ejecutivas en Francia, en Alemania y en los demás países adherentes. Se adoptarán las disposiciones adecuadas para garantizar las vías de recurso necesarias contra las decisiones de la Alta Autoridad. Un representante de las Naciones Unidas ante dicha autoridad se encargará de hacer, dos veces al año, un informe público a la ONU sobre el funcionamiento del nuevo organismo, en particular por lo que se refiere a la salvaguardia de sus fines pacíficos.
La creación de la Alta Autoridad no prejuzga en absoluto el régimen de propiedad de las empresas. En el ejercicio de su misión, la Alta Autoridad común tendrá en cuenta las facultades otorgadas a la autoridad internacional del Ruhr y las obligaciones de todo tipo impuestas a Alemania, mientras éstas subsistan.”
Todo empezó ese día y, por eso, en la Cumbre de Milán de 1985 los Jefes de Estado y de gobierno decidieron celebrar el 9 de mayo como el "Día de Europa".
La Unión Europea es una maravillosa idea. Valores de civilización, solidaridad y bienestar para construir entre todos un mundo mejor. Felicidades a todos los europeos de nacimiento, de residencia, de origen o de voluntad (que comparten estos profundos valores). Evidentemente, el día de Europa es el día de Eurotalent.

Lo he celebrado dando clase en Valencia sobre Talento Directivo: Liderazgo, Jefes tóxicos, Cómo liderar a tu jefe, Desarrollo, Diversidad, Coaching estratégico. A media mañana, hemos seguido el ritual de “almorzar” (un pequeño bocata de tortilla de patata con longaniza) y se me ha pasado la mañana en un instante.

Vuelo de vuelta a Madrid de las 15.45 horas, perfectamente puntual (de hecho, hemos llegado a Barajas antes de la hora programada). En Manises, he comprado algunos ejemplares de El Reto, de Fernando Giner, para regalar a los amigos, y he comprobado que La Roja. El triunfo de un equipo, ya estaba en la librería del aeropuerto.

Hace unos días, mi amigo Miguel Ángel, una de las personas más al tanto de lo último en tecnología que conozco, me recomendó el libro El Mundo Groundswell. Escrito por dos VP de Forrester (Charlene Li y Josh Bernoff), ni por el extraño título ni por los desconocidos autores lo habría comprado. 380 páginas sobre “Cómo aprovechar los movimientos sociales espontáneos de la Red”. En fin.

Y sin embargo, no está nada mal. Llaman “groundswell” al “movimiento espontáneo de personas que utilizan Internet para comunicarse, experimentar por sí mismas y obtener lo que necesitan de otros: información, apoyo, ideas, productos y capacidad negociadora…”. Es un fenómeno social (el de los blogs, los Facebook, Tuenti, Linkedin, etc) subterráneo sumamente interesante.

Los doce capítulos del libro nos enseñan qué es el “groundswell”, cómo abordarlo y cómo aplicarlo en términos empresariales. ¿Por qué ocurre ahora? Según los autores, por la colisión de la tecnología, las personas (el talento, podríamos decir) y la economía (la sociedad, la tolerancia). Muy de “Clase Creativa”. Li y Bernoff nos sugieren, como mentalidad “groundswell”, hacer como en el jiujitsu (el arte marcial): aprovechar la fuerza del contrario. Crean una “escalera socio-tecnográfica”, entre creadores (publicamos blogs, páginas web, etc), críticos (puntúan, comentan), coleccionistas (utilizan fuentes RSS, añaden etiquetas), sociables (están en redes), espectadores (leen blogs, ven vídeos) e inactivos. Los creadores son el 18% en EEUU, el 11% en Australia y entre el 8-17% en Europa (el 8% en España); los críticos son el 25% en EEUU; el 23% en Australia y entre el 16-22% en Europa (el 18% en España); los coleccionistas son el 12% en EEUU, el 5% en Australia y entre el 4-22% en Europa (el 6% en España); los sociables son el 25% en EEUU, el 14% en Australia y entre el 4-26% en Europa (el 5% en España); los espectadores son el 48% en EEUU, el 38% en Australia y entre el 37-45% en Europa (el 41% en España) y los inactivos son el 44% en EEUU, el 56% en Australia y entre el 42-57% en Europa (el 56% en España). Evidentemente, los porcentajes se solapan.

¿Por qué participa la gente en el groundswell? Según estos expertos, para mantener el contacto con los amigos, hacer nuevos amigos, sucumbir a la presión social de los amigos, devolver el favor a los demás, por impulsos (altruista, lascivo, creativo, de validación, de afinidad…). Amigos para siempre.

En este mundo subterráneo hay cinco factores: escuchar, hablar (hacerse oir,), transmitir energía, apoyar e integrar. Es el poder de la comunicación.

Y como consejos finales, la mentalidad groundswell:
1. Sea cercano (persona a persona)
2. Sea un buen oyente
3. Sea paciente
4. Sea oportunista (empiece a pequeña escala)
5. Sea flexible
6. Sea cooperador
7. Sea humilde

Estas cualidades, las de un auténtico ser humano, sirven bajo la superficie y en el mundo real. El libro me parece excesivamente voluminoso para lo que cuenta, profuso en datos y con algunos casos (Sony, Unilever, etc.), pero qué se le va a hacer.

He recogido a Zoe a eso de las cinco y con ella y sus primas hemos ido a ver Vamos a la Luna, una película belga en 3 dimensiones que es un homenaje al Apolo 11. Tecnológicamente avanzada y muy entretenida para los niños. El 3D ya se ha impuesto en el cine infantil: vienen UP (de Disney-Pixar), Ice Age 3, Lluvia de albóndigas… Cuando ven las pelis en 3D, los niños -y los mayores- no quieren analógicas.

Y por la noche, Valencia-Real Madrid: 3-0. El equipo che ha jugado a la altura de las circunstancias y le ha dado un baño al merengue. Juande Ramos, el entrenador del Real Madrid, ha declarado que “ha faltado equilibrio”, que la liga es prácticamente imposible (el Barça cantará mañana domingo el alirón a buen seguro) y que por supuesto le encantaría entrenar al Madrid el año que viene. Juande ha demostrado ser un sensacional entrenador y, con los mimbres que tenía, ha perseguido al F.C. Barcelona durante toda la segunda vuelta. Yo particularmente, prefiero gente serena y honesta a “consagrados” como Mourinho y Ancelotti (el nuevo Presidente del Real Madrid, sea quien sea, debería leer en el libro de Ferrán Soriano, “La pelota no entra por azar”, por qué el equipo de Laporta eligió a Pep Guardiola y no a Mourinho: es muy clarificador).

El Día de Europa ha llegado a su fin sin apenas ser conscientes de ello. Mi homenaje a nuestros “padres fundadores” (Schuman, Jean Monnet, Konrad Adenauer), líderes de altura que evitaron nuevas guerras.