Revolutionary Love

Esta mañana he ido con mi amigo Miguel Ángel a ver Revoutionary Road (Rubén Turienzo, que la había disfrutado en el pre-estreno, me llamó el otro día para recomendármela). Basada en la magnífica novela de Richard Yates de 1961 (aquí traducida por Vía Revolucionaria) es la historia de una pareja, Frank y April Wheeler, que vive en una urbanización del extrarradio de Nueva York, en Connecticut, allá por 1955, con sus dos hijos, sus vecinos, sus compañeros de trabajo… Es una magnífica metáfora de la desaparición de los sueños (no necesariamente del “sueño americano”, como repiten machaconamente varios medios), el aniquilamiento de los ideales.

Dirigida por Sam Mendes (ganador de un Óscar por American Beauty), sus protagonistas son Kate Winslet y Leonardo di Caprio, que están espléndidos. El relato es magnífico, y la versión cinematográfica no le anda a la zaga. Los secundarios (sobre todo, Kathy Bates) actúan de maravilla.

En fin, una de las mejores películas del año, sin ninguna duda. Extremadamente recomendable. Una cinta que invita a reflexionar sobre la pareja, sobre el aburguesamiento y sobre la valentía que hace falta para desarrollar el propio proyecto vital. ¡Qué facilmente se abandona la felicidad como reto (el amor a uno mismo y a lo que quiere) por una pretendida comodidad!

Por la tarde, iba a ver en casa Los siete magníficos (adaptación USA de Los siete samuráis, de Akira Kurosawa), porque en la jornada de APD del jueves 29, Talento frente a la Crisis, hablaré de la Crisis Ninja y de la respuesta de las empresas Samurai. Sin embargo, me he puesto a ver el partido Sevilla-Racing. Y he disfrutado. Contra todo pronóstico, los cántabros han ganado en el Sánchez Pizjuán con un jugador menos. Han sido verdaderos samuráis, un equipo magnífico.