Color Esperanza

Ayer me comentaba mi amigo José Mari que cuando José Antonio Marina, hace apenas un mes, comprobó que la sede de Baketik (que dirige Jonan Fernández, autor del libro Vivir y convivir, que ha prologadp nuestro filósofo), situado junto al Santuario de Arantzazu donde iba a dar la conferencia estaba a rebosar (y con personas escuchando de pie), cuando este bello enclave está en un extremo de la provincia y se tarda una hora en llegar desde la capital, dijo que el mundo tiene futuro y que nos queda la esperanza. El propio Jonan Fernández ha declarado que "Vivimos en un mundo en el que se cree que la prosperidad depende del consumo, del poder, de valores materiales pero lo cierto es que la vida se mueve sobre todo por valores inmateriales como el amor, la amistad, la ética, la solidaridad. Pienso, como Marina, que la ética es el principal proyecto del ser humano. La ética está arrinconada pero situarse en la vida desde bases éticas es el primer proyecto de todo ser humano".

Algo así he sentido esta mañana en el Curso Superior de Coaching, iniciativa conjunta de la Escuela de Negocios del CEU y de Eurotalent que empezó hace una semana y en el que he tenido el privilegio de participar esta mañana. Durante cinco horas (de nueve a cinco, con un descansito de una media hora), he disfrutado muchísimo del diálogo fructífero con los 26 alumnos (de diversas nacionalidades, procedencias geográficas, empresas, funciones… pero con el denominador común de valores arraigados: profesionalidad, ética, compañerismo).

Hemos tratado el Talento, por qué vivimos en un momento histórico (por vez primera desde que el mundo es mundo) en el que el Talento es más escaso que el Capital, en qué consiste el Talento, sus componentes, cómo detectarlos, el papel del Compromiso, las Competencias como lenguaje del Talento. En fin, todo un repaso en términos prácticos. Se me ha pasado en un vuelo y lo he pasado genial (confío en que haya sido mutuo).

En la prensa de hoy también se recoge, en algunas noticias, esa esperanza. Como en el acto de entrega ayer de los Premios Príncipe de Asturias en Oviedo: una reivindicación del humanismo. Margaret Atwood, escritora canadiense galardonada con el premio de las Letras, señaló: “Conviene recordar la humanidad que compartimos, una humanidad que muestra su mejor rostro a través de la inventiva y el valor, de la flexibilidad del pensamiento, de la generosidad”. Tzvetan Todorov, premiado con el de Ciencias Sociales, analizó cómo solemos tratar la diferencia, al otro: “Por cómo percibimos y acogemos a los otros, a los diferentes, se puede medir nuestro grado de barbarie o de civilización. Los bárbaros son los que consideran que los otros, porque no se parecen a ellos, pertenecen a una humanidad inferior y merecen ser tratados con desprecio o condescendencia. Ser civilizado no significa haber cursado estudios superiores o haber leído muchos libros o poseer una gran sabiduría: todos sabemos que ciertos individuos de esas características fueron capaces de cometer actos de absoluta y perfecta barbarie. Ser civilizado significa ser capaz de reconocer plenamente la humanidad de los otros, aunque tengan rostros y hábitos distintos a los nuestros; saber ponerse en su lugar y mirarnos a nosotros mismos desde fuera.”

La colombiana Ingrid Betancourt, premio a la Concordia, recordó que “hace algunas semanas estábamos mis compañeros y yo en el mundo húmedo y asfixiante de la selva, donde nada era nuestros, ni siquiera nuestros propios sueños”. Habló de perdonar y de dar soluciones: “Podemos ofrecer mas diálogo y menos imposiciones por la fuerza”. Y de que “nadie puede sacrificar a un ser humano en el altar de su ideología, de su religión o de su cultura”.

De Rafa Nadal (premio del Deporte) habló Don Felipe de Borbón en los siguientes términos: "Se ha ganado para siempre la admiración de todos dentro y fuera de España por su sereno patriotismo, por su fortaleza ante la dificultad, por sus triunfos, por su humildad y por su ejemplo"."Sobre este escenario, en años anteriores, hemos entregado el galardón a otros deportistas con deslumbrantes carreras y acostumbrados a la gloria y les hemos elogiado por su espíritu de sacrificio, por sus cualidades excepcionales, pero, también, por sus valores humanos""Aquellas cualidades y valores los vemos en Rafa Nadal, que nos admira con cada victoria, porque además, en todas hace gala de una humildad, de una sencillez, que tan sólo los más grandes son capaces de sentir de esa manera, pero nos admira aún más que nunca se olvida de los que sufren, de los que luchan contra el dolor"."Nadal es, además de un tenista genial, un gran ser humano, un joven agradecido. Nunca deja de resaltar con el más profundo cariño la influencia fundamental en su vida de su familia, de sus abuelos, de sus padres, de sus tíos, de su tío Toni, que es mucho más que su entrenador. Ellos han sabido guiarle por la siempre difícil senda del éxito, animándole a ir de la mano de la autenticidad, de la sencillez y de la grandeza de espíritu"."Rafa ha afirmado que lo importante no es ser buen deportista, sino una buena persona y ha demostrado ser ambas cosas, pues desde la cima y con sus laureles, es solidario y además, se siente siempre feliz con los éxitos de sus compañeros de otras disciplinas"."Su comportamiento y sus sentimientos son un gran estímulo para los niños y los jóvenes, quienes, además de seguir con entusiasmo sus éxitos deportivos, aprenden de él su actitud caballerosa y llena de generosidad. Quizá este sea uno de sus mayores logros, pues, desde lo alto del podio, resalta los aspectos más emotivos y pedagógicos del deporte".

El Príncipe Felipe, en su discurso, comentó: “Trabajemos unidos para estabilizar y sanear, cuanto antes, el sistema financiero internacional. Busquemos entre todos encauzar correctamente la presión del desarrollo humano sobre el medio ambiente en nuestro planeta. Hagamos frente solidariamente a los desastres naturales y a las grandes emergencias. Unamos nuestros esfuerzos para luchar con eficacia y mediante los instrumentos del Estado de Derecho contra el terrorismo y todas las formas de crimen organizado (…) Estas realidades globales afectan a aspectos esenciales de nuestra existencia y condicionan nuestra libertad, progreso o bienestar”.

va por barrios. En estos momentos de crisis, sólo cuatro comunidades autónomas (y una ciudad autónoma) han conseguido que el desempleo decrezca en el último trimestre: Cantabria (-9’05%), Ceuta (-9%), Aragón (-8’12%), Madrid (-4’01%) y Asturias (-2’60%). Cataluña, Andalucía, Valencia y Murcia han registrado las mayores caídas.