Gorbea

Ayer sábado por la tarde, después de tanta playa, tanta piscina, tantas lecturas shakespearianas y antes de que fuéramos al Centro Comercial Palma Real (un novísimo “mall” junto al más reciente Meliá y al EdenH), decidí ver un poco la televisión. De vez en cuando el paraíso conviene mezclarse con lo mundano.

Llevo casi una semana sin leer la prensa, prácticamente sin conexión a Internet (el Outlook Express no funciona nada bien en esta parte del país), apenas sin móvil… Era el momento de ver algo en la pequeña pantalla (le leí a Risto que en realidad deberíamos llamarla “la mediana pantalla” y dejar lo de “pequeña” al móvil –o a las play de todo tipo).

De los casi 50 canales de la televisión de la habitación, en realidad poca cosa. En Televisión española, “Cine de barrio” (una de Manolo Escobar, repetida mil veces), Sin comentarios. En TVG (Televisión de Galicia), una teleserie de producción local que no sigo. En la televisión catalana, un programa de magia que tenía buena pinta pero que no me apetecía ver. En los canales dominicanos, debates políticos (sí, un sábado por la tarde) o merengue. En CNN, noticias sobre Obama y McCain (nada nuevo). Dos canales rusos, la Rai, uno francés y uno alemán de noticias. En las demás, como en la televisión azteca, cotilleos o en GolTV un viejo partido de fútbol.

En el 32, llamado canalvasco, empezaba un programa (en castellano) del que me había hablado mi amigo José Mari Ulazia en mi última visita a Eibar: “Tu Vista de Euskal Herria”. Reponían el sexto y último programa de la serie antes de la gran final.

Consiste en una periodista con un helicóptero que va a ver a una persona notable del País Vasco y éste enseña su “vista” preferida. Ayer eran cuatro personajes (y sus paisajes favoritos). El bailarín Igor Yebra “defendía” Bilbao: el museo de bellas artes, San Mamés (la catedral), la ría de Deusto, Euskalduna… y por supuesto el Guggenheim. Precioso. El escritor Xabier Lapitz nos mostró el valle del Baztán. Javi Martínez nos mostró Estella.

Finalmente, el cantante Gotzan Mendibil nos introdujo en el valle de Gorbea, como decía él, impulsado por la mejor energía del mundo, “el viento del Gorbea”. Nos enseñó su población natal, Zeanuri (con una cruz de Nestor Basterrechea maravillosa), habló con uno de los últimos pastores de una tradición varias veces milenaria, subimos con él a la cruz del Gorbea (un cruz “eiffeliana” como la famosa de París y el puente colgante)…. Y nos cantó varias canciones de su propio repertorio. ¡Qué manera tan especial de presentar una “vista”, con tanta emoción, con un paisaje tan bucólico, con tanta alegría, con tanta paz! Me dieron muchísimas ganas de visitar Gorbea, un sitio tan bello.

En la wikipedia se puede leer: “La cumbre del Gorbea se alza con sus 1.482 metros entre los picos que la rodean y forman parte del su sistema montañoso. Entre los barrancos de caliza y teniendo de fondo las peñas de la sierra del Amboto, una gran colina verde con una pronunciada pendiente conforma la cumbre de este emblemático monte. Es uno de los cinco montes bocineros de Vizcaya desde donde se convocaban a Juntas Generales mediante hogueras y el toque de cuernos.
Enclavado en la frontera de Álava con Vizcaya, en los municipios de Zuia (Álava) y Ceánuri (Vizcaya). y accesible por todas sus vertientes está rodeado de un espléndido paraje natural que ha servido de sustentación para las labores más arraigadas de los modos de vida rurales, el pastoreo, la producción de carbón y la agricultura de montaña. Sus hayedos y robledales guardan construcciones prehistóricas que nos recuerdan que esas tierras fueron habitadas por el hombre desde el principio de los tiempos. Estos parajes, conservados en el aislamiento de la civilización, son los que han dado origen al Parque Natural del Gorbeia que se complementan con el cercano Parque Natural de Urquiola y mantienen entre ambos una rica diversidad de vida animal y vegetal.
Su bonanza en el ascenso lo ha hecho muy popular entre los montañeros vascos que acuden a su cima por todas sus vertientes. Su cruz, que se ve desde casi todos los rincones del país, se ha convertido en un símbolo de referencia. Es tradicional la subida al Gorbea el último y primer día de cada año juntando se en la ascensión cientos de personas que brindan con champan, cava o sidra en la cruz.
Junto a la cruz y la virgen de Begoña, que mira a Vizcaya, hay un buzón donde se pueden dejar las tarjetas de los concursos de montaña. El buzón fue instalado en 1926 por el Athletic Club de Bilbao.
El 14 de junio de 1931, se colocó una mesa de orientación, con forma de prisma cilíndrico de 0,80 m. de diámetro y 1,18 m. de altura, donde se señalan 106 montes (recoge montes hasta el Pirineo central) proyecto que se debió a Lucio Lascaray que emprendió los trabajos para su realización en 1929. La colocó el club de montaña de Vitoria. El dibujo de la placa corresponde a Ángel Aguirre y esta se realizó en los talleres de Puy de Dòme en Francia.
La cumbre del Gorbea alberga dos vértices geodésicos uno es la cruz y el otro es la mesa panorámica.”


El programa de ETB es, en sí, una preciosidad. Una espectacular forma de poner en valor 24 estampas de una tierra de la que sus gentes se sienten orgullosas y que, a través de intelectuales, cantantes y otros artistas se “presentan en sociedad”. Felicidades a ETB por la iniciativa. Si venden el DVD alguna vez, me lo compraré sin duda.

José Mari Ulazia me contó que, en la gran final, quedaron Urdaibai (la reserva de la biosfera, presentada por el cantante Kepa Junquera) y la mencionada Gorbea. José Mari creía que ganaría Urdaibai (había acertado en todas las eliminatorias anteriores), pero ganó Gorbea. Yo habría votado por Urdaibai, por razones obvias, pero no me extraña que la presentación de Gotzan Mendibil atrajera muchos votos, según lo visto ayer.

Como uno no cree en las casualidades, me imagino que mi amigo José Mari me dio la pista hace unos días y aquí apareció, a miles de kilómetros, el programa que mi intelecto, mi corazón y mi alma necesitaban ver.

Si el País Vasco quiere seguir atrayendo y fidelizando Clase Creativa, que prosiga con iniciativas como ésta, que defienden las 4C (Cultura, Clima, Compensación y Competencias) del marketing de talento. Que haga un resumen y lo muestre a los talentos de todo el mundo, para que vayan (vayamos, como algunos hacemos con cierta asiduidad) a trabajar allí. Enhorabuena de nuevo a los creadores y a los conductores del programa. Eso es hacer bien las cosas, con ingenio, cariño y profesionalidad.