De marxistas a marquistas

Jornada enormemente interesante en Beijing. Salida a las 8:15 de la mañana hacia la embajada de España en China. Nos esperaba a una docena de personas nuestro embajador, Carlos Blasco Villa, junto con sus consejeros Pedro Sanz y Gregorio Laso. Hemos disfrutado de un desayuno muy agradable, hablando de la creciente presencia de España en China (unas 3.000 personas de forma estable), de las adopciones de niñas por familias de nuestro país (2.669 en 2006), del Congreso del PC Chino que se está celebrando estos días en Beijing, de los juegos, de las posibilidades de Madrid 2016, del instituto Cervantes (en año y medio, 1.600 alumnos en la capital china), etc. Francamente muy interesante poder dialogar con nuestro máximo representante en China y su equipo para conocer su valioso punto de vista.

Después, visita cultural al monasterio de los lamas. Lucía (nombre españolizado; en realidad se llama el equivalente a “hoja bonita” en chino) nos cuenta un ejemplo de hasta qué punto los jóvenes chinos están enloquecidos con las compras y las marcas. Se organizan en época de rebajas viajes a Hong-Kong sin alojamiento de dos días por 300 euros. Los viajeros no descansan: se pasan dos jornadas enteras visitando tiendas y comprando, sin descansar.

Hemos tenido la inmensa fortuna, gracias a los organizadores del viaje y a la asociación de amistad hispano-china, de visitar el anillo olímpico, cosa prácticamente imposible (S.M. El Rey estuvo el verano pasado y el Príncipe de Asturias hace algunas semanas y no consiguieron que se les mostrara). Hemos podido comprobar el estado de las obras del “Nido de pájaro” (estadio donde se celebrarán las ceremonias de apertura y clausura), del “Cubo de Agua” (el pabellón de las piscinas, muy innovador) y el estadio adyacente. China es hoy un país de extraordinarios contrastes.

Y después, algunas "compritas". Negociar con las comerciantes de los mercados (en su grandísima mayoría, mujeres) es divertidísimo. Lo de menos es lo que compras. Lo mejor es el cóctel de emociones que se generan en la interacción: sorpresa, ira (simulada), vergüenza, bochorno, tristeza, felicidad... Es genial. Y el enorme respeto que uno se gana y que le reconoce a la buena negociadora.

Esta mezcla de comunismo y capitalismo, de pasado milenario y transformación, de paciencia infinita y urgencia por el desarrollo, nunca deja de sorprender. Estoy leyendo Viaje al corazón de China. En el viente del dragón, de la periodista Vicenta Cobo. Es un precioso viaje fotográfico y literario por este increíble país que ella realizó en verano de 2006. Nos habla de los hutong (los callejones tradicionales) de Beijing, de la Ciudad Prohibida, de la Gran Muralla, del tai Shan, de Xian, del “embrujo de Shanghai”, de Suzhou, de las montañas imposibles, del Templo del Cielo de Beijing, del pato pekinés… Me quedo con esta sentencia del Tao Te Ching de Lao Tse: “Las experiencias externas sirven para sentir el mundo, y las experiencias internas, para comprenderlo”. Vicenta dice que si el viaje es auténtico, transforma al viajero. Estoy plenamente de acuerdo.