Mintzberg y los MBA

Ayer tuve ocasión de ver (en la matinal) Los crímenes de Oxford, la última película de Alex de la Iglesia. Me pareció muy buena. Más de dos millones de euros de recaudación en el primer fin de semana. Digno heredero de El orfanato. Para escribir el Cine de Gestión sobre esta cinta para Expansión & Empleo (que creo saldrá el próximo sábado) me leí la novela del argentino Guillermo Martínez en la que está basada la película. Bien escrita. También ha caído este finde el libro Sorrounded by Geniuses (Rodeado de Genios) del consultor Alan Gregerman. Interesante, sin más.
Entrevista a Henry Mintzberg, uno de los gurús más iconoclastas del mundo de la gestión, en La Gaceta (Juanma Roca, una vez más). Según Mintzberg, las escuelas de negocios han sido víctimas del "sistema corrupto" que ellas mismas han creado. Es más: "cuando, por ejemplo, Harvard enseña liderazgo en clase y hace creer a sus alumnos que los va a convertir en líderes, está completamente equivocado. ¡No puedes crear a un líder en una simple clase!"
"La dirección de empresas no es una ciencia. Se trata de una arte, de algo con un evidente componente empresarial. Y al tratarse de algo artesanal es muy importante haber experimentado ese arte y tener la experiencia necesaria para dominar esa parte empresarial. Y ese arte no se enseña como si fuesen matemáticas", nos dice este experto canadiense. Estoy parcialmente de acuerdo. Para mí, la dirección es ciencia (hay una serie de enunciados, como corresponde a una ciencia social), arte y ética. Por otro lado, nada nuevo. El viejo sistema platónico de verdad, bondad y belleza. Aristóteles le añadió un cuarto pilar: la utilidad.
"Muchos alumnos se apuntan a un MBA no para aprender, sino para ascender o también para salir mejor colocados", añade. Y respecto al GMAT (como test de admisión), Mintzberg explica: "mide la inteligencia. Es un método útil, pero insuficiente a todas luces. Es útil para identificar a estudiantes de éxito, pero no directivos de éxito". Sin duda: el Talento (también el directivo) va más allá de la inteligencia (al menos, de la inteligencia lógica y de la lingüística).
Este profesor de la McGill University habla de la "farsa de las admisiones" (las pruebas no tienen nada que ver con las habilidades o competencias que se necesitan para ser directivos), critica el método del caso (no puedes decirle a la gente que tome decisiones sobre un tema a partir de n caso de 20 páginas) y el outdoor training (que no se puede comparar con la experiencia), así como la arrogancia de muchos graduados con el MBA.
En definitiva, Henry Mintzberg dice que "el MBA no es blando; el MBA no es social; el MBA no es directivo; el MBA no está integrado. Favorece lo duro, lo económico, lo analítico, o descompuesto".
Me temo que tiene más razón que un santo. Ahora, cuando una Escuela de Negocios se atreve a hacer algo diferente, los medios le prestan poca atención. Tal es el caso de Rosa Heredero, Directora de la Escuela de Negocios del CEU. Se ha atrevido (talento femenino) a crear un Executive MPA (MBA centrado en las personas), de 350 horas, con tres bloques: Estrategia, Organización y Talento. El MPA considera la dirección como ciencia, como arte y como etica, y por ello va a tener sesiones con directores artísticos (de orquestas, cine, teatro, ballet, televisión) y una de las mejores especialistas en ética empresarial. El MPA valora la experiencia, y por ello sus profesores no son académicos al uso. El MPA contará con diez sesiones de preguntas y respuestas con directores generales, porque foemnta la perspectiva estratégica. El MPA no tiene como pruebas de admisión el GMAT ni nada similar, sino entrevistas de detección de competencias y otras herramientas de medición de la inteligencia emocional. El MPA va más allá de los conocimientos, impulsando un perfil de directivo con dos "competencias" obligatorias: la Humildad y Ser un Equipo. El MPA cuenta con una Defensora de la Practicidad del Máster, que garantizará la utilidad de éste. Y profesores de los cinco continentes, así como un proceso de coaching personalizado para cada alumno.
Estoy convencido de que el Executive MPA, uno de los más innovadores postgrados que hoy se imparte en nuestro país (que tengo el honor de dirigir, y que coordinan Marta Romo y Óscar del Moral) responde acertadamente a las críticas de Henry Mintzberg. En este nuestro país de Quijotes, si fuera de una Escuela de Negocios americana o francesa, merecería todo tipo de atención en la prensa económica. Como es de casa, pasa de puntillas entre cotilleos de empresas y augurios apocalípticos.